Tetzavé(Éxodo 27:20-30:10)
Tetzavé
En esta parashá, única en todo el Jumash, Hashem le dice a Moshé “Veatá Tetzavé” y no se menciona el nombre de Moshé en toda ella, ya que él dejó este mundo terrenal el 7 de Adar (el Mismo día que nació), y generalmente esta parashá coincide con la fecha de su partida. Moshé dijo: “Mejeni na misifreja asher katavta” (bórrame de Tu libro) y fue borrado justo en su propia parashá (Gaón de Vilna).En esta misma fecha (7 de Adar) hace aproximadamente 80 años atrás, en la ciudad de Lublin (Polonia), el Rosh Ieshivá, Rav Meir Shapiro, cumplía años y sus alumnos para complacerlo le preguntaron que le gustaría de regalo. Él respondió: “Quiero un Shas”. “Está bien”, dijeron ellos. Pero luego él continuó: “Quiero que se dividan los dapim (2711 hojas) entre todos los alumnos y así haremos siyum en este mismo día”. Lo lograron y ese día entre toda la Ieshivá, dividieron todas las hojas y terminaron en un día todo el Shas (lo que tarda 7 años y medio estudiando una hoja diaria).
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Nos dice Baal Haturim sobre el pasuk “Veata tedaber el kol jajmei lev asher...” (Éxodo 28:3). “Y Tú hablaras a todos los sabios de corazón...”. Que la Guematria de “jajmei lev asher” es igual a Irat (temor).Por eso dice el pasuk de Tehilim (111), “Reshit jojmá irat Hashem”, o sea que el principio de la sabiduría es el temor a Dios. El verdadero sabio es aquel que teme a Hashem, no hay sabiduría sin temor a Dios.
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Sucedió en el pueblo de Bialostock, donde poco antes de la Segunda
Guerra Mundial se había establecido la Ieshivá de Novardok, y en ese
momento, su Rosh Ieshivá era el Rav Hagaón, Rav Abraham Yaffen.Una mañana irrumpió con violencia el cruel ejército Rojo (ruso), y el comandante gritó: “Al jefe de esta institución le ordeno cerrarla de inmediato o será fusilado”. Con toda calma, el Rosh Ieshivá se levantó y dijo: “Eso es imposible”. Se quitó su saco y dijo: “Dispáreme”. En ese momento, los 600 bajurim de la Ieshivá se quitaron su saco y dijeron: “Yo primero”, “no, yo primero” y así consecuentemente.
Entre estos 600 se encontraba el Steipler (Rav Yaacob Israel Kanievski ZT’’L), que más tarde sería el Gadol Hador. El comandante quedó perplejo y dijo: “¿Qué no tienen miedo?”. Y el Rosh Ieshivá dijo: “Nuestro temor es a Dios. Para nosotros no hay vida sin estudio de Torá” (“Reshit Jojmá Irat Hashem”).
Ante este acto de heroísmo sin precedente, los rusos salieron de la Ieshivá y se retiraron en Paz.
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La Guemará en Masejet Shabat (31a), nos revela cuál es el tesoro más grande de la persona en este mundo. “Irat Hashem hi otzaró”. El temor a Dios es su mayor tesoro. ¿Por qué?Dice Rabá que después de 120 años, al llegar al mundo de Verdad, le preguntan a la persona: “¿Hiciste tus negocios con honestidad? ¿Fijaste un horario para estudiar Torá? ¿Te ocupaste en reproducirte? ¿Anhelaste la llegada del Mashiaj? ¿Te ocupaste de la sabiduría? La Guemará nos dice que a pesar que hiciste todas, la clave es haberlo hecho con temor a Hashem.
Continúa la Guemará narrando un mashal: Una persona le dijo a su encargado: “Sube un kur (medida de volumen) de trigo al granero”. Y al bajar le preguntó: “¿Le echaste preservantes a la cosecha para que no se eche a perder?”. Dijo el empleado que no, a lo que el patrón respondió: “Mejor no la hubieras subido”.
Esto viene a enseñarnos que toda buena obra debe de ir siempre acompañada con Temor a Dios, de lo contrario, no tiene valor.
Nos dice Rav Jaim de Volozhin ZT’’L, en su libro Nefesh Hajaim, que antes de empezar a estudiar Torá la persona debe de prepararse pensando en el Temor a Hashem. Luego, en la mitad del estudio debe detenerse, y nuevamente pensar en Temor a Hashem, y finalizar su estudio diariamente de la misma manera. De esta forma su estudio será bienaventurado y recibido por Dios. Rav Jaim Decía: “Irat Hashem es como el aire que respiramos, y sin aire no hay vida”.
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