octubre 24, 2011
El Apocalipsis en sus diferentes versiones científicas
Los diez finales del mundo más factibles para la ciencia
El fin de la existencia es algo consustancial a la naturaleza, en la que
todo lo que existe tiene un inicio y un final. Bien lo saben las
decenas de «findelmundistas» que, a lo largo de la historia, han
aprovechado este saber popular para ponerle fecha a este supuesto
apocalipsis. Pero solo la ciencia puede dar una estimación más o menos
fiable. Repasamos todas las opciones, teniendo en cuenta de que ninguna
es segura y que todas se basan en suposiciones con mayor o menor
porcentaje de probabilidad.
Finales que implican la destrucción de la Tierra
1. Extinción del universo (dentro de 3.700 millones de años). Un grupo
de científicos de la Universidad de California desafía las teorías
mayoritariamente aceptadas del universo en expansión y propone que debe
haber un término. Los investigadores creen que existe un 50% de
posibilidades de que esto ocurra en la fecha antes señalada, según el
adelanto de su estudio, publicado recientemente.
2. El Sol se vuelve una estrella gigante roja (en 5.000-6.000 millones
de años). La evolución natural de nuestra estrella es que se desprenda
de su capa exterior formando una nebulosa, que arrasará con Mercurio,
Venus y, muy probablemente, con la Tierra, en un proceso que puede durar
unos 600 millones de años. Será entonces una estrella gigante roja.
Después, su núcleo se comprimirá hasta volverse una estrella enana
blanca y se irá enfriando. Aunque para ese momento ya no existirá
nuestro planeta.
3. Un cometa/meteorito se estrella contra el planeta (fecha
indeterminada). Numerosos objetos se acercan cada día a la Tierra. Pero
la mayoría no llegan a colisionar por ser tan pequeños que se evaporan
al contacto con la atmósfera. Sin embargo, parte de la comunidad
científica ve como posibilidad que varias de las cinco extinciones
masivas del planeta se produjeran por culpa del impacto de un gran
meteorito, tanto la de los dinosaurios (hace 65 millones de años) como
la del Pérmico, menos popular, pero que acabó con el 90% de las especies
hace 250 millones de años.
El impacto de un cometa sería mucho más virulento, aunque también mucho
menos probable. El último en acercarse por la Tierra ha sido Elenin,
descubierto en diciembre de 2010 y que pasó «cerca» (a 35 millones de
kilómetros) el pasado domingo. Hasta ahora no se ha predicho ninguna
fecha de choque de cualquier tipo de objeto estelar, pero la NASA
dispone de una lista de posibles impactos de bólidos del espacio y sus
riesgos en constante actualización para los más inquietos.
Finales con desaparición de la vida en la Tierra
4. Cambio climático (los glaciares pueden desaparecer en el 2350, según
la ONU). Algunos estudios alertan de que un cambio climático brusco
-provocado por el hombre o por la naturaleza- puede romper el delicado
equilibrio de la Tierra y elevar las concentraciones de gases tóxicos en
la atmósfera, hasta hacerla irrespirable para el ser humano. Incluso
algunos autores como James E. Hansen (ver PDF) van más allá y aventuran
un futuro «efecto invernadero» de dimensiones gigantescas que convierta a
nuestro planeta en un lugar inerte como Venus.
5. Ataque alienígena (fecha indeterminada). El encuentro con seres de
otros planetas es una posibilidad popularizada por divulgadores como
Carl Sagan o Stephen Hawkings, aunque con una probabilidad más bien
remota. Más difícil aún es que estos resulten hostiles y que, debido a
su superioridad tecnológica, logren aniquilar la vida en la Tierra. Sin
embargo, es uno de los finales del mundo más populares en la literatura y
el cine.
6. Supervolcán (uno cada 100.000 años). Hace 73.000 años, una gigantesca
erupción en la isla de Toba (Sumatra) creó una descomunal nube de
cenizas que provocó deforestaciones a miles de kilómetros de su origen y
vino acompañada de una edad de hielo «instantánea» que bloqueó los
rayos solares y bajó las temperaturas una media de 16ºC en todo el
planeta.
«Aparte del impacto de un meteorito, estas supererupciones son el peor
de los riesgos ambientales a los que nuestro planeta puede enfrentarse»,
indica Patricia Gregg, autora de un reciente estudio en el que analiza
qué provoca la formación de estos supervolcanes.
7. Ataque robótico (fecha indeterminada). El desarrollo de robots con
capacidad para pensar por sí mismos, con más inteligencia que los
humanos y posibilidad de autoreplicarse puede ser para muchos autores el
inicio de una posible revolución contra sus creadores. Incluso existe
un grupo (la Asociación para el Avance de la Inteligencia Artificial)
intenta establecer debates sobre los límites a esta autonomía robótica.
El peligro también puede venir de los robots más pequeños, los usados en
la nanotecnología, que pueden ser muy beneficiosos pero que,
descontrolados o con capacidad de mutar en elementos dañinos para la
salud, pueden causar graves daños. En la actualidad, existe un Centro
para la Responsabilidad de la Nanotecnología que se preocupa por el
control de estos avances tecnológicos y la legislación al respecto se
encuentra en constante cambio.
Finales que implican sólo la desaparición de la Humanidad
8. Autodestrucción bélica (estamos a 6 «minutos» del final, según el
Reloj del Apocalipsis). Durante la guerra fría se daba por hecho que un
conflicto mundial nuclear podría sin duda acabar con la Humanidad, según
la doctrina MAD (Mutua Destrucción Asegurada). Hoy, numerosas potencias
mundiales disponen de armas nucleares suficientes para destruir
completamente la civilización o, al menos, provocar un invierno nuclear
en el que sería difícil sobrevivir.
Aunque actualmente existen programas de desarme en todo el mundo,
numerosas naciones intentan conseguir armas nucleares para asegurar la
defensa de sus regímenes. La Universidad de Chicago mantiene activo
desde 1947 el llamado Reloj del Apocalipsis, en el que la medianoche
marca el final del mundo. Empezó en las 23.53, bajó hasta las 23.43 en
1991 y actualmente se encuentra parado en las 23.54.
9. Pandemia mundial (sin fecha conocida). La Humanidad ha vivido plagas
que diezmaron de un modo considerable su población en los siglos VI y
XIV. La aparición de una cepa especialmente virulenta de una enfermedad
común o la mutación que aumente el contagio de un virus o bacteria puede
provocar importantes daños e incluso la extinción.
Durante años también se ha contemplado la posible llegada de un agente
patógeno del espacio, Incluso EE.UU. aprobó una ley para establecer un
protocolo de actuación ante esta posibilidad.
Pero, en la actualidad, la legislación ha sido derogada y no se presta
atención a este riesgo.
10. Megatsunami (sin fecha conocida). Puede ser causado por el impacto
de un bólido espacial o por movimientos tectónicos y llevar una ola de
miles de metros de altura a todo el mundo, como ya sucedió a pequeña
escala hace 8.000 años, cuando el volcán Etna causó un tsunami que se
llevó por delante toda la civilización existente en las costas del
Mediterráneo.
Pese que el megatsunami alcanzara gran altura, es muy probable que no
consiguiera acabar con la civilización, puesto que sus efectos
dependerían de su expansión por los océanos de todo el mundo. Algunos
expertos (Pararas-Carayannis, G.) sitúan uno de los posibles puntos
generadores de un fenómeno de este tipo en la isla canaria de La Palma,
con una ola inicial de un kilómetro de altura, que bajaría hasta los 50
metros a su llegada a las costas de EE.UU.
Fuente: EL DIARIO DE SANTIAGO.CL
MEDITACIONES EN EL MAR ROJO
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