LUZBY BERNAL

domingo, 14 de noviembre de 2010

RECOMPENZA Y GRATITUD

Reconoce los regalos que tienes y sé agradecido con la fuente de ellos. Porque si sabes de quién estás recibiendo, siempre puedes volver a pedirle más
Por favor ten en mente que tu estudio de los “48 Caminos Hacia la Sabiduría” sea en mérito de Rab Noaj Weinberg zt''l, el querido fundador de Aish HaTorá – Israel Noaj ben Itzjak Matityahu.
 
Camino #50: Recompensas de Gratitud
 
Después de escuchar una buena historia, un chiste o una idea, estamos ansiosos de repetirla a otros. Pero al hacerlo, la tendencia es presentarla como nuestra propia invención.
 
"Ha'omer davar be'shem omró", significa literalmente “dilo en nombre de quien lo dijo”. Cuando cites algo, siempre debes mencionar la fuente. En otras palabras, “no te robes el crédito de los demás”.
 
El Talmud, el libro clásico de sabiduría, se extiende grandemente para trazar el linaje intelectual de una idea: "Tal y tal dijeron en el nombre de tal y tal, que dijeron en nombre de tal y tal".
 
Entonces la próxima vez que estés listo para compartir una jugosa historia, no te olvides de mencionar: ¿De dónde la sacaste?
 
El regalo de la sabiduría
 
Para poder apreciar algo adecuadamente, necesitamos tasar su valor. Es por eso que cuando alguien nos da un regalo material, usualmente no tenemos ningún problema en mostrar gratitud.
 
Los 48 Caminos dicen: Reconoce también los regalos espirituales. La sabiduría es ciertamente más valiosa que el oro y ¡el secreto de la felicidad es más preciado que un diamante!
 
Como ejercicio, haz una lista de las ideas que regularmente adoptas, junto con las fuentes originales de donde las escuchaste. Piensa en personas que te han dado sabiduría para vivir. ¿Acaso un amigo te puso en tu lugar en algo? ¿Acaso tu hermano te salvó de hacer cosas estúpidas? ¿Acaso un empleador te dio un buen consejo en relación a tu carrera?
 
Reconoce que recibiste el regalo. Si alguien te quitó la venda de tus ojos, es fantástico, es una vida diferente. Dite a ti mismo: “Soy ahora consiente de una cosa muy importante a la cual no estaba prestando atención”. Dilo en voz alta. Sólo eso te hará sentir verdadera gratitud.
 
Ahora, haz que la fuente sepa cuánto lo aprecias. Considera que el “gracias” es el pago por una buena idea. Disfruta pagando la cuenta, no aborrezcas pagarla. El placer que le darás a la otra persona es una pequeña retribución ¡por un regalo enorme!
 
Un buen lugar para empezar son los padres. Haz una lista de todos los regalos que te han dado, materiales y éticos – tu sentido de honestidad, la disciplina, el deseo de la verdad, la bondad con las personas. Aprecia cuán valiosos son cada uno de ellos. Vamos, ¿Qué obtuviste de tus padres? Averígualo.
 
Luego, escríbele una carta a tus padres, agradeciéndoles por todos esos regalos. Suena un poco melodramático, pero es asombrosamente poderoso. ¿Entiendes el enorme placer que les vas a dar? ¿Además del placer que tú tendrás al darles a ellos ese placer?
 
Valora la fuente
 
Cuando reconoces la fuente, no pierdes, ganas. Nunca serás capaz de valorar un poco de sabiduría, una reflexión sobre la vida, a menos de que estés dispuesto a reconocer el regalo. Porque al negar el regalo, estás degradando su valor. Y por lo tanto, no lo aplicarás seriamente – porque para ti no tiene valor.
 
Más allá de eso, si estás conscientemente informado de dónde proviene tu sabiduría, entonces es mucho más probable que vayas a buscar más de ella.
 
También puedes dirigir a otros hacia la fuente. Haz que todos sepan. Hacer que otro esté feliz, no te roba felicidad a ti. Realmente, mientras más gente es feliz, más fácil es para ti ser feliz.
 
Cuando hay más sabiduría a tu alrededor, la vida se torna mejor para todos.
 
Señales de alerta
 
¿Por qué la gente tiene tanto problema para reconocer a otra persona como la fuente de una idea?
 
La realidad es que las personas desean fuertemente la independencia y están luchando por estatus y por ser superiores a los demás. Tener deudas con otros pareciera amenazar nuestra estatura. No nos gusta imaginar que nosotros no fuimos lo suficientemente inteligentes como para “descubrirlo nosotros mismos”.
 
En realidad, independencia significa que pagas tus deudas.
 
¿Qué nos dice esto? Cuando sientas la necesidad de recibir el reconocimiento por el trabajo de otro, deberían sonar campanas de alarma. Es una señal de alerta de inseguridad. Porque a pesar de que puede “hacernos quedar bien”, es realmente un sustituto barato para la verdadera superación personal.
 
Si quieres obtener reconocimiento por una buena idea, ¡piensa en una tú mismo!
 
Más allá de eso, si otros se enteran de tu “robo”, entonces habrás perdido credibilidad ante ellos. E incluso si nadie más se entera, has dañado tu amor propio. Y ambos, son productos muy difíciles de recuperar.
 
Da reconocimiento cuando sea merecido. La gente te respetará por eso y tú te sentirás bien contigo mismo – ¡incluso mejor que si hubieras tomado el reconocimiento de otro!
 
Sigue el rastro de tus opiniones
 
Hay una dinámica más sutil en juego. Algunas veces tomamos ideas prevalentes en nuestra sociedad y vamos por el mundo presentándolas como nuestras propias conclusiones.
 
Haz una lista de tus opiniones en relación a temas como libre albedrío, verdad absoluta, evolución, aborto, entre otras. Sigue el rastro a la fuente de cada una de ellas. ¿Son tus propias ideas? Si no es así, ¿de dónde vienen? ¿Leíste un artículo en una revista o te las comentó un amigo? ¿Cómo llegaste a tu conclusión?
 
No te engañes. Reconoce que cuando tu ego se ve involucrado, no estás viendo la evidencia, los pros y los contras. Estás simplemente “defendiendo tu conclusión”. Y el peligro inherente es obvio: en el fondo no estamos seguros de si la creemos o no.
 
Por ejemplo, tú puedes llegar a creer “que no hay una verdad absoluta”. En vez de eso trata de replantearlo: “La gente dice que no hay una verdad absoluta”. De esta forma, eres libre para investigar sobre esta idea de una manera objetiva, sin estar encerrado en una posición.
 
Ahora haz la pregunta un poco más profunda: ¿Por qué decidiste en un principio identificarte con esta idea en particular?
 
La próxima vez que escuches una discusión sobre un tema controversial, resístete a la tentación de aceptar una idea sólo para sentir que has “resuelto los temas difíciles de la vida”. Difiere tu conclusión hasta que hayas escuchado toda la evidencia. De otra manera es pretender, fingir, no realmente vivir.
 
¿Puedes estar seguro de una conclusión? ¡Sí! Los 48 caminos dicen: Aprende la dinámica de la claridad y estudia cómo funciona la dimensión del conocimiento. Entonces sentirás la seguridad cuando venga.
 
Gratitud al pueblo judío
 
Haz una lista de los tesoros de la sociedad – monoteísmo, justicia para todos, educación universal, dignidad individual, el valor inapreciable de la vida. Todos estos valores centrales del mundo civilizado son de la Torá.
 
Antes de que se entregara la Torá, la gente construía sus vidas sobre un concepto subjetivo del "bien y el mal". Luego en el Monte Sinai, la historia de la humanidad tuvo un cambio dinámico. Las personas entendieron que hay un solo Dios que tiene expectativas morales. No puedes simplemente vivir como te place; hay una autoridad superior a quien le rindes cuentas.
 
Sin importar el hecho de que los judíos nunca han sido más que una pequeña fracción de la población mundial, estas ideas se convirtieron en la base del mundo civilizado. Por ejemplo, ¿Conoces la fuente de la idea "Ama a tu prójimo como a ti mismo"?
 
Está en los cinco libros de Moisés – en Levítico 19:18.
 
El pueblo judío es una empresa ilustre de más de 3.500 años de antigüedad. No somos fugaces. El mundo utiliza nuestros productos bajo diferentes marcas y lo da por hecho. Considera lo que la humanidad le debe al pueblo judío.
 
Si vives con sabiduría judía, debes saberlo, citarlo y darle reconocimiento.
 
Gratitud a Dios
 
Más que nada, dale crédito a Dios. Él nos dio un cerebro para entender y apreciar la sabiduría. Otros maestros nos iluminan, pero el maestro original es Dios. Él nos implantó la intuición de descubrir todo lo que se requiere para vivir.
 
Dios nos está llenando de regalos todo el tiempo. Comida, aire, ojos, dientes. La vida misma. Él nos programó con una antena para la sabiduría. Nada es posible sin Dios.
 
El problema es que nosotros no queremos estar en deuda con Él, entonces negamos los regalos. Nos negamos a creer que Él nos ama.
 
Es como un hijo que no quiere reconocer que le han regalado un nuevo Porsche cero kilómetro. Él va a decir que es el color equivocado, que tiene una abolladura, que gasta mucha gasolina. Va a encontrar algo malo en el regalo porque no quiere reconocer la deuda.
 
Con el fin de conectarte con Dios, tú debes aprender a apreciar todo lo bueno que Él ha hecho por ti. Eso significa dejar de lado la ilusión de que sólo tú eres responsable por tus logros. Todo es un regalo de Dios. Así como cada pincelada de Picasso tiene su firma en ella, todo en este mundo tiene la firma de Dios. Tenemos que aprender a apreciarlo.
 
Si haces el esfuerzo de apreciar los regalos que Dios te ha dado, entonces tendrás una fina conciencia de la presencia de Dios y de que todo lo que tú haces va acompañado de Su amor y Su guía. Estarás sorprendido, mucho más allá de cualquier otro placer posible.
 
Es por eso que la gratitud es la apreciación última, el Camino 50 a la Sabiduría. Este es el paso que unifica a todos los anteriores. Empieza a amar a Dios. Reconoce Sus grandiosos y numerosos regalos.
 
¿Por qué “Recompensas de Gratitud” es un ingrediente para la sabiduría?
 
  • Haz una lista de las cosas que citas. Averigua la fuente y dales reconocimiento.
  • Si degradas la fuente de la sabiduría, degradas el valor de la sabiduría.
  • Las herramientas para vivir son más valiosas que cualquier auto, equipo de música o viaje alrededor del mundo. Reconoce la deuda.
  • Cuando la gratitud a otros se quiebra, se quiebra la sociedad como un todo.
  • Ponte en el lugar del otro: si hubiera sido tú idea, ¿no te gustaría recibir reconocimiento por ella?
ashlatino.com

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