LUZBY BERNAL

miércoles, 15 de septiembre de 2010

 

El acoso es un acto contra la voluntad de otra persona. Incluye desde agresiones verbales o comentarios lacerantes a hostilidad física. Provoca gran tensión y malestar en la persona que lo padece. Todo tipo de acoso causa heridas psicológicas. Sus efectos (por ejemplo, cambios de conducta, irritación, ansiedad, problemas para conciliar el sueño) suelen manifestarse en otros ámbitos y disminuyen tanto el rendimiento laboral/escolar del individuo como su interacción familiar y con las de mas personas que lo rodean.
Hay distintas clases de acoso. Veamos las más comunes, que nos ayudará a detectarlo y a decidir no permitirlo bajo ninguna circunstancia.

Acoso sexual: Pueden tratarse de insinuaciones indeseables, contacto físico que la persona considera inapropiado, miradas y gestos lascivos e invitaciones para mantener relaciones sexuales. Se da en distintos ámbitos: familiar, laboral, con conocidos. Muchas víctimas no lo denuncian por vergüenza, por miedo a que no les crean o al rechazo, o por la intimidación que ejerce el hostigador (es mayor que el acosado o está es una posición de superioridad).
Acoso laboral: Suelen ser actos hostiles en el lugar de trabajo, generalmente por parte de un empleado en una posición superior o igual. Algunas actitudes que pueden considerarse acoso son: ignorar o excluir a un empleado, asignarle trabajos imposibles de realizar o con fechas imposibles de cumplir, difamar, desvalorizar el trabajo del otro, quitarle sus responsabilidades y asignarle otras de inferior jerarquía a las que venía realizando, imposibilitar su crecimiento en la empresa, etc. En caso de acoso sexual en el trabajo, poner objeciones o no querer involucrarse puede repercutir de alguna manera en la continuidad laboral o en la posibilidad de obtener aumentos o mejoras laborales. Hay derechos que brindan amparo legal a los trabajadores en caso de que se genera una situación de esta índole.
Acoso escolar (o bullying): Es la clase de maltrato verbal o físico (que incluye amenazas, menosprecio, exclusión, agresiones, etc.) que se ejerce entre dos estudiantes. La situación más común que denota este tipo de violencia escolar en el niño agredido es terror de ir a la escuela y cambios de conducta muy marcados. Los padres y los mayores son quienes deben tomar cartas en el asunto de inmediato para dar una solución adecuada al problema. Además, es necesario enfocarse no sólo en el niño acosado sino también en el hostigador, ya que si no esta clase de violencia puede ir en aumento: el acosador es propenso a transformarse en un adulto muy agresivo.
Si estás sufriendo un acoso, no te dejes intimidar. Adoptar el rol de víctima y entrar en el juego del acosador por miedo o por la razón que fuese es la actitud más contraproducente. La manera de poner fin a estos actos es denunciarlos, buscar apoyo de profesionales idóneos en el tema (abogados, psicólogos, psicopedagogos) y emplear todos los medios posibles para que no vuelva a repetirse.
Lectura relacionada: Violencia verbal

You are subscribed to email updates from Mejora Emocional
To stop receiving these emails, you may unsubscribe now.
Email delivery powered by Google
Google Inc., 20 West Kinzie, Chicago IL USA 60610

No hay comentarios: