Ley de Entropía
http://www.samaelgnosis.net/revista/ser54/ley_entropia.html
Esta ley está íntimamente relacionada con el
sacrificio y a su vez el sacrificio es una transmutación de fuerzas.
Por ejemplo la energía latente en el carbón, es transformada en energía
dinámica en una locomotora. En el plano psicológico y espiritual
también una energía se transforma en otra aplicada en diversos
mecanismos. Dicen los alquimistas que el iniciado puede transformar el
plomo en oro, refiriéndose no solo a la parte física, sino también al
aspecto espiritual cuando es transformado el plomo de la personalidad
en el oro del espíritu.
Un hombre puede sacrificar sus emociones en aras
de su carrera o una mujer su carrera en aras de sus emociones, también
pueden unas algunas personas estar dispuestas a sacrificar sus placeres
terrenales por las dichas del espíritu, sin embargo es muy difícil que
alguien esté dispuesto a renunciar a sus propios sufrimientos o
sacrificarlos por algo superior.
Si no trabajamos sobre nuestros pensamientos y
sentimientos, sobre el Yo, el Ego o el mí mismo, se va produciendo
dentro de nosotros el fenómeno de la Entropía: Tienden a ser los
pensamientos de naturaleza cada vez más inferior, las emociones se
hacen cada vez más negativas, las voliciones poco a poco más débiles,
caen en la Entropía, las pocas áreas del cerebro activas que tenemos,
se debilitan más, debido a este fenómeno. Todo tiende a involucionar de
acuerdo con esta Ley y a la larga conduce a la igualación de las
cosas.
Si mezclamos agua caliente y fría, vemos como se
precipita esta Ley, hay un intercambio de calor y frío y finalmente
ambas quedan iguales.
Millones de personas actualmente estamos dentro
del camino involutivo; como no trabajamos sobre sí mismos, cada día
nos tornamos más crueles, violentos, degeneramos terriblemente, la
mente se va atrofiando, los sentidos igualmente se degeneran y por
último la Entropía igualará a todos en los mundos inferiores.
A alguien lo podrán sepultar en ataúd muy fino,
inclusive con incrustaciones de oro, plata, etc. y a otro en un ataúd
sencillo, de madera, pero a la larga quedarán iguales y con el tiempo
hasta los huesos se desharán y en polvo se convertirán.
Conforme la atmósfera terrestre se vaya
enrareciendo, irá perdiendo la capacidad para analizar y descomponer
los rayos solares en luz y calor (algo que ya está a la vista de
todos). Un día la tierra, nuestro planeta, nuestra casa, se convertirá
en una luna más, por lo pronto continúa marchando bajo esta Ley,
veamos a nuestro alrededor: Los mares y los ríos convertidos en
basureros, los peces moribundos, la atmósfera contaminada con SMOG,
los frutos de la tierra, adulterados, ahora nos toca comer frutos sin
semillas. Las tierras de cultivo se vuelven cada vez más estériles, las
pruebas atómicas y las guerras, destruyen y enferman a los pueblos,
así es como nuestro planeta quedará igualado con la Luna.
Afortunadamente la sabiduría del Padre, lo tiene
todo muy bien calculado; nosotros sabemos que solo mediante la
transformación es posible vencer a la Entropía, pero la transformación
implica sacrificio. Si sacrificamos la ira, obtendremos la gema
preciosa de la mansedumbre y la serenidad; si se sacrifica el ansia de
acumular, el deseo de poder, nacerá el altruismo, la cooperación, el
trabajo por el bien común, etc.
Si un hombre o una mujer sacrifican sus deseos
sexuales, si trabaja su energía creadora en forma correcta, nacerá un
hombre distinto, igual sucederá con la mujer, obtendrán valores
trascendentales y se liberarán de esta ley degenerativa.
Si la Tierra continúa igual y si no hay un
sacrificio, con el tiempo se convertirá en una luna más, pero como no
ha terminado el proceso de gestación de 7 razas, hay que hacer un
sacrificio. Se necesita una catástrofe para poder transformarla, hay
que sacrificar esta tierra, esta humanidad y como resultado vendrá una
nueva época, una edad de oro con todo su esplendor y belleza, una nueva
humanidad y una nueva tierra.
Nuestro planeta está agonizando, la Entropía la
está llevando poco a poco hasta el final de ésta quinta raza, la gente
no entiende este sacrificio, creen que nuestro planeta puede ser
transformado sin sacrificio, pero esto es absurdo, la nueva humanidad
necesita una tierra nueva.
Debemos comenzar por sacrificar aunque sea los
propios sufrimientos, pero las personas queremos mucho nuestros
sufrimientos, nuestro dolor, nos gusta hablar de lo que hemos sufrido
en las diferentes etapas de la vida, cuando fuimos jóvenes y no
teníamos que comer y había que salir a vender lo que fuera necesario
para ganar dinero, vender periódicos, lavar carros, hacer mandados,
barrer las calles, asear una casa, etc.
Todos esos sentimientos o sentimentalismos, son
del ego, los cuales debemos aniquilar de nuestra personalidad y en ese
proceso hay transformación, pero si uno nada cambia, si no sacrifica
algo, se lo traga la Ley de Entropía y vale la pena reflexionar sobre
esto.
La Entropía a la larga, solo produce desórdenes,
como lo vemos en los átomos y moléculas de un cadáver en
descomposición. En una biblioteca, si no se limpia, si no se ordena, se
van amontonando los libros, papel sobre papel y a la larga es un caos
un desorden. Igual si no trabajamos sobre sí mismos habrá desorden en
nuestra mente, en los procesos psicológicos y así terminaremos todos
igualados.
Lo que internamente somos, se refleja hacia el
exterior, si somos desordenados internamente, crearemos un caos hacia
afuera, así como vemos a la sociedad, así estamos por dentro. Queremos
la paz, la felicidad, la libertad, pero si por dentro somos
conflictivos, somos egoístas, codiciosos, envidiosos, etc., no
lograremos esa anhelada paz, ni esa auténtica felicidad y menos una
libertad verdadera. Si queremos un mundo mejor, empecemos por cambiar
nosotros.
Dibujo: Leonardo Da Vinci. Cabezas grotescas.
Enviado por María Guadalupe Licea Rivera. Instructora en San Luis Potosí, S.L.P.
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