Vaishlaj(Génesis 32:4-36:43)
Vaishlaj
La parashá Vaishlaj narra el regreso a casa de nuestro patriarca
Yaakov, después de 36 años de exilio. (14 años en la Ieshivá, 14 años
trabajó por sus esposas, 6 por el ganado, y 2 de viaje).
Y es precisamente en este regreso que le avisan a Yaakov que su
hermano Esav viene a su encuentro con 400 hombres armados, y dice
Yaakov mirando al cielo: “Katonti mikol hajasadim umikol haemet”
(Bereshit 32:11), (me disminuí por todos tus favores y por toda tu
verdad), y nos ilustra Rashi que Yaakov Avinu temió que no le quedaban
ya méritos a su favor, como para que Dios lo salvara de Esav.
Inmediatamente después, Yaakov Avinu reza y pide: “Sálvame de la
mano de mi hermano, de la mano de Esav” (Bereshit 32:12). La Tefilá no
se considera un milagro, sino que es la forma natural de lograr las
cosas sin utilizar nuestros Zejuiot.
Nuestro patriarca quiso dar un gran mensaje a su familia y a todas
las generaciones por venir. Este mundo es muy caro y cada vez que nos
salvan, o nos hacen un favor, o abusamos de los lujos o de los
placeres, pagamos la cuenta con nuestros méritos.
La Guemará en Masejet Taanit (20b) nos cuenta que Rav Huna tenía una
gran bodega de vino y esta que estaba en muy mal estado, se podía
desplomar en cualquier momento. ¿Qué hizo Rav Huna? Trajo a Rav Ada Bar
Ahaba, que tuvo arijut iamim y era uno de los tzadikim
más grandes de su generación. Lo tuvo en el interior del depósito de
vino dialogando y preguntándole cuestiones bíblicas, mientras que sus
empleados sacaban todo el vino fuera. Una vez que finalizaron de
extraer el vino, salieron y vieron como se desplomaba la construcción.
Rav Ada Bar Ahaba se molestó mucho (pero no guardó rencor, ni se
enojó) y le dijo a Rav Huna que lo había puesto en peligro y aunque le
hicieron el milagro por su mérito, podían no habérselo hecho, y si a
una persona le hacen un milagro, le acortan sus zejuiot. “Katonti mikol hajasadim umikol haemet”.
* * *
Es conocida la historia de Rav Yaakov Kaminetsky ZTZ”L, que en 1980 viajó a Israel (Ierushalaim) a la convención de Agudat Israel
como representante de Estados Unidos. Donde quiera que fuera, recibía
honores, por doquier lo alababan, y lo trataban como si fuera un hombre
sobrenatural. Ya por la noche cuando regresó a su cuarto de hotel, lo
encontraron llorando, y le preguntaron ¿Qué pasa, algo esta mal? Y el
respondió: “Con tantos honores, tengo miedo que me quiten mis zejuiot”. “Katonti mikol hajasadim umikol haemet”
* * *
Cuentan de Rav Israel Abujatzira ZTZ”L, que en una ocasión en
Netivot vino una persona en silla de ruedas (parapléjico) a pedirle una
Brajá, y el Rav alegremente le dijo: “Levántate y baila”, y
este hombre, se levantó y empezó a caminar. El mismo Rav Abujatzira
quedó sumamente sorprendido y en una ocasión le comento a Rav Isajar
Meir que pidiera por él, ya que seguramente le habían quitado
muchísimos zejuiot por aquel acto milagroso. “Katonti mikol hajasadim umikol haemet”.
Cuenta la Guemará en Kidushin (29b), que Rav Aja bar Yaakov mandó a
su hijo Yaakov a la Ieshivá de Abaye. Cuando éste regresó a casa, su
padre le dijo: “Ahora yo iré a la Ieshivá y tú debes ocuparte del
negocio”. Al oír Abaye que vendría Aja bar Yaakov, les dijo a todos que
no le dieran alojamiento. Así tendría que dormir en el Beit Hamidrash y seguro acabaría con un Shin-Dalet que los molestaba.
El Gadol al no encontrar donde dormir, tuvo que luchar durante la noche contra este temeroso Shin-Dalet,
y por cada rezo le tumbó una cabeza, hasta que acabó con las 7
cabezas. Por la mañana le reclamó a Abaye por haberlo puesto en
peligro, y le dijo que si le hicieron el nes (milagro), ciertamente le habían quitado sus méritos.
Pero el Maharshá, Rav Samuel Eidelis ZTZ”L (1554-1631) nos ilustra diciendo: “Como venció al Shin-Dalet a través de sus Tefilot, entonces, no le quitaron méritos”.
* * *
En mi opinión, el mensaje que nos quiso transmitir nuestro patriarca
Yaakov es que cada lujo excesivo que una persona se da en este mundo,
no solamente cuesta dinero, sino que nos cuesta en méritos.
Cada placer que tenemos, muchas veces innecesario, aunque podamos
pagarlo, el precio es mucho mayor de lo que nosotros entendemos.
Vivimos en una época, en la cual la gente cree que los bienes
materiales son fundamentales en la vida.
Muchos piensan que “el que tiene mucho dinero” es una gran persona y
“el que no tiene” no vale nada. Sin embargo vemos que los Gedolei Israel nos enseñan que esto es un error, pues la meta es generar un capital de Torá, Mitzvot y Maasim Tovim (Zejuiot) y no riquezas materiales.
La persona debe ser discreta, modesta y vivir con comodidad, mas no
con lujos innecesarios (bodas demasiado lujosas, ropa de marca, coches
ultra lujosos, viajes de cinco estrellas). Mientras más grande es el Iehudí, más valora sus Zejuiot (que con tanto trabajo y esfuerzo junta en este mundo). Qué pena gastarlos en cosas vanas y sin trascendencia.
Hay que pedir mucho, que nuestras Tefilot sean aceptadas, que nuestros Zejuiot se mantengan íntegros toda la vida, y que sean nuestro capital para el mundo venidero.
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