Solsticio significa en latín “sol quieto”.
Desde la antigüedad, el solsticio de invierno ha estado asociado a los rituales de muerte y renacimiento. A partir de este momento las tinieblas empiezan a remitir, hasta culminar en el solsticio de verano, en el día con más horas de luz en todo el año
Desde tiempos inmemoriales, durante esta época se celebraron ritos en honor al "sol Invictus", (Sol Invencible). Estas celebraciones estaban asociadas con el año agrario y pastoral, en el comienzo y en la finalización de las labores de cría de ganado y del cultivo.
La analogía entre el acontecimiento celeste y el acontecimiento espiritual es la fuente de rituales de invierno en los cuáles es protagonista el fuego (sol); se invoca al Dios Sol, benefactor y dador de vida, que a partir de ese momento emprende nuevamente su asenso. Es la hora cero y desde entonces el ciclo vuelve a empezar, es un sol joven y vigoroso que lleva en sí la promesa del florecimiento, de una nueva primavera.
Es un hecho psicológico que en nuestros momentos de mayor oscuridad (frío, soledad, depresión, confusión) tenemos la invaluable oportunidad de encontrar algo de luz. Todos los seres humanos, experimentamos interiormente los ciclos de luz y oscuridad.
Hoy es una noche mágica, marca el fin de la oscuridad, y dado que es un acontecimiento arquetípico, siempre la noche volverá y con ella, la promesa eterna del renacimiento. (psicologia-junguiana.blogspot)
Desde la antigüedad, el solsticio de invierno ha estado asociado a los rituales de muerte y renacimiento. A partir de este momento las tinieblas empiezan a remitir, hasta culminar en el solsticio de verano, en el día con más horas de luz en todo el año
Desde tiempos inmemoriales, durante esta época se celebraron ritos en honor al "sol Invictus", (Sol Invencible). Estas celebraciones estaban asociadas con el año agrario y pastoral, en el comienzo y en la finalización de las labores de cría de ganado y del cultivo.
La analogía entre el acontecimiento celeste y el acontecimiento espiritual es la fuente de rituales de invierno en los cuáles es protagonista el fuego (sol); se invoca al Dios Sol, benefactor y dador de vida, que a partir de ese momento emprende nuevamente su asenso. Es la hora cero y desde entonces el ciclo vuelve a empezar, es un sol joven y vigoroso que lleva en sí la promesa del florecimiento, de una nueva primavera.
Es un hecho psicológico que en nuestros momentos de mayor oscuridad (frío, soledad, depresión, confusión) tenemos la invaluable oportunidad de encontrar algo de luz. Todos los seres humanos, experimentamos interiormente los ciclos de luz y oscuridad.
Hoy es una noche mágica, marca el fin de la oscuridad, y dado que es un acontecimiento arquetípico, siempre la noche volverá y con ella, la promesa eterna del renacimiento. (psicologia-junguiana.blogspot)
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