1. Átomo: más globo que materia
La materia no es tan sólida como parece
Cuando se levanta una piedra, el peso transmite la sensación de que se tiene mucha materia en las manos.
Pero en realidad, eso sólo es una ilusión.
Esa piedra pesada se parece más a un globo con un pequeño grano de polvo en el centro.
El "envoltorio" de este globo está compuesto por electrones que rodean constantemente el núcleo del átomo trazando órbitas nuevas y con tanta rapidez que tenemos la impresión de estar ante una superficie sólida.
La catedral de Burgos
Las proporciones en el átomo son tan sorprendentes que si aumentáramos un átomo para que fuera tan grande como la catedral de Burgos, el núcleo sólo tendría el tamaño del hueso de una oliva con electrones en la corteza, que a su vez serían mucho más pequeños.
Sin embargo, el hueso de oliva y los electrones tendrían el mismo peso que si llenáramos la catedral de Burgos de hormigón hasta el techo.
Cuando se levanta una piedra, el peso transmite la sensación de que se tiene mucha materia en las manos.
Pero en realidad, eso sólo es una ilusión.
Esa piedra pesada se parece más a un globo con un pequeño grano de polvo en el centro.
El "envoltorio" de este globo está compuesto por electrones que rodean constantemente el núcleo del átomo trazando órbitas nuevas y con tanta rapidez que tenemos la impresión de estar ante una superficie sólida.
La catedral de Burgos
Las proporciones en el átomo son tan sorprendentes que si aumentáramos un átomo para que fuera tan grande como la catedral de Burgos, el núcleo sólo tendría el tamaño del hueso de una oliva con electrones en la corteza, que a su vez serían mucho más pequeños.
Sin embargo, el hueso de oliva y los electrones tendrían el mismo peso que si llenáramos la catedral de Burgos de hormigón hasta el techo.
Si la materia de la catedral de Burgos tiene el tamaño del hueso de una oliva ¿de cuánta materia estamos compuestos nosotros?
En la catedral de Burgos cabrían unas 20.000 personas puestas una encima de otra. Todas ellas compartirían la materia del tamaño de un hueso de oliva, que pesa tanto como todas las personas juntas.
Por tanto, el ser humano no está compuesto masivamente de materia sino que es algo parecido a una proyección, una ilusión que sólo está compuesta por una veintemilésima parte del tamaño del hueso de una oliva.
Los físicos cuánticos hace tiempo que lo saben.
Lo que está leyendo en esta página hace más de 100 años que ya saben los físicos cuánticos.
Si desea comprobar estos datos usted mismo, puede consultar la WIKIPEDIA, la enciclopedia más grande de Internet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario