LUZBY BERNAL

martes, 6 de septiembre de 2011

La distorsión del concepto de sionismo en el mundo

La distorsión del concepto de sionismo en el mundo
Autor: Inbal Landau





Las fuertes protestas
de escolares y univer
sitarios chilenos que
claman por una
mejora en la calidad
de la educación y un
sistema educativo
más equitativo llevan
más de dos meses
sucediéndose y han
calado en la agenda
internacional mientras el Presidente Sebastián Piñera no ha
sabido apaciguar a las masas furiosas que llevan años esperando.
El ambiente se ha vuelto muy convulsionado y algunos grupos han
teñido las manifestaciones con desmanes, lo que ha traído una
reprimenda policial que muchos han tildado de excesiva.
Muchos, como el Presidente del Colegio de Profesores, Jaime
Gajardo, quien no encontró una forma mejor para reprobar la
medida del gobierno de instalar un amplio contingente policial y
así evitar que se llevaran a cabo dos marchas que se negaba a
autorizar, que decir "esta represión nos recuerda los métodos
sionistas y del Apartheid". Tras ello agregó que se preguntaba
si el Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, de origen judío,
tenía "alguna formación en alguna escuela de Israel porque
aquí se están repitiendo los mismos métodos".
Luego de la polémica que causaron sus dichos y de la enérgica
reacción de la comunidad judía, Gajardo se vio obligado a dar
una disculpa por las declaraciones que fueron consideradas
antisemitas tanto por judíos como por no judíos. Señaló que
ofender "no fue la intención de mis palabras. Es sólo por asociar
métodos que no corresponden y que no se pueden aplicar en
nuestro país. Sobre todo con
una legitimidad y un
movimiento tan grande
como el que existe hoy día
por la educación pública en
Chile".
Gajardo, un personaje conocido
y mediático, es miembro de la Comisión Política del Comité
Central del Partido Comunista
de Chile y Secretario General
de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) y en esta lucha
social ha quedado desa-
creditado
por sus propias acciones.
Participa en las protestas que
critican el lucro en la educación, mientras la madre de sus dos
hijos menores es dueña de un colegio.
Está ahí en las manifestaciones por una educación de calidad, pero
sigue siendo el más ferviente opositor a la idea de instaurar una
evaluación docente. Hasta el ex titular del Colegio de Profesores,
Jorge Pavez, el actual pro tesorero de la institución, dijo que se ha
"colgado" del movimiento estudiantil.
Pero aún si el personaje más desacreditado critica a Israel y
utiliza cualquier excusa, cualquier conflicto a miles de kilómetros
para sacar a colación cuán malo es el sionismo, algo queda en el
aire, algo estará aportando al inconsciente colectivo, y no
precisamente una verdad.

La desviación del término

Israel es un país que lleva décadas en un complejo conflicto
territorial y una democracia -la única del Medio Oriente- en
que los ciudadanos se manifiestan libremente incluso en contra
de las políticas gubernamentales en el conflicto. Sin ir más lejos
un grupo israelí está organizando una marcha para apoyar la
aceptación del Estado Palestino en la ONU. En el mundo existe la
libertad de pensamiento y en buena parte de Occidente la libertad de expresión. Por lo tanto cualquier persona en el globo puede armarse
un juicio de valor sobre sus acciones como país y legítimamente
puede mostrarse en contra de las políticas del Estado de Israel
del mismo modo en que lo hace frente a las políticas de otros
países. Las opiniones pueden ser más o menos juiciosas, pueden
estar mejor o peor argumentadas, lo que se quiera.… Si aluden
a Israel como país es una cosa, pero muchas veces aluden al
sionismo y ahí es donde cabe la pregunta ¿en qué momento este
concepto, que desde siempre ha significado el anhelo de regresar
a la tierra de Israel y establecerse allí como nación judía, pasó
para el mundo no judío a ser algo más que eso?
Quienes condenan las acciones de Israel al tiempo que las tildan
de "sionistas" en un sentido peyorativo aportan a la desviación
del verdadero significado de la palabra mientras añaden un tono
que deslegitima la existencia del Estado de Israel.
Incansablemente el mundo no judío utiliza el término "sionismo"
como un sinónimo de represión, de violencia, de discriminación y,
cuando más quiere herirnos, recurre a la analogía con el nazismo.
Incluso medios de comunicación formalmente constituidos no
tienen tapujos para inventar mentiras.
Por ejemplo en la edición de la
segunda quincena de mayo del
periódico chileno de escasa
circulación, pero presente en la
web, El Ciudadano, una periodista
relata una supuesta visita suya a los territorios palestinos de Cisjordania
bajo el título "Sionismo nazi: Las
ironías de la historia". En él,
entre otras atrocidades habla
de "fotos de palestinos tatuados
con un número en los brazos, como
un carnet imborrable, que les autoriza entrar a Jerusalén".
Y este tipo de cosas tienen sus consecuencias. Si en la diáspora uno
se declara sionista es probable que lo primero que piense el sorprendido interlocutor sea que uno le está dando el amén a una ideología oscura
que en sus principios tiene por fin la represión del pueblo palestino.
Nada más alejado de la realidad. ¿Qué pensará de quienes reciben una educación judeo-sionista en colegios hebreos y movimientos
juveniles?
Si ahí lo único que se inculca es un amor y un apoyo hacia Israel.
Entonces, ¿cómo se construyó este mito?, ¿cómo fue posible la
distorsión de este concepto?

Los cimientos del sionismo


Basta con leer el libro
de Teodoro Herzl, el
precursor del sionismo
político, "El Estado Judío"
de 1895, para encontrarse
con que en él no hay más
que teorías, propósitos
y métodos para establecer
un país judío en algún
lugar del mundo.
Si bien los judíos de la
diáspora siempre
soñaron con el retorno a la tierra de Israel desde el exilio, el sionismo
político más que en un fundamento religioso está basado en la imperiosa necesidad de salvar a los judíos del antisemitismo que, como una
sombra, los sigue a donde vayan.
Por eso Herzl inicialmente está dispuesto a considerar establecer el
país judío en otra parte del mundo y sólo unos años después se
define a Palestina como el lugar para hacerlo.
Las dos opciones que baraja Herzl para la constitución del Estado son ciertamente Palestina (que estaba entonces bajo dominio de los turcos otomanos) y la despoblada Argentina.
El ideal de Herzl es crear un estado democrático, moderno, laico y que implicara un ejemplo para la sociedad. Herzl habla de una colonización pacífica mediante acuerdos con las potencias dueñas de las tierras y de compras de extensiones territoriales.
En las fórmulas que plantea, en los cimientos del sionismo, no cabe
violencia alguna.
En el "Estado Judío" siquiera está definido dónde se erigirá el nuevo
país y por eso los árabes no entran aún en la discusión. Además en
estos postulados, en ningún momento se habla de disputar un territorio,
de tener guerras… ni mucho menos de ejercer una fuerza u opresión.
De hecho la visión de Herzl es totalmente contraria.
Escribe "cada cual es tan libre en su creencia o irreligión como en su nacionalidad. Y si se da el caso de que también vivan entre nosotros
gentes de otra religión y de otra nacionalidad, les conferiremos
protección e igualdad de derechos".

El antisemitismo moderno

La distorsión del término "sionismo" tiene diversos antecedentes
como la publicación hace más de un siglo ya de "Los Protocolos
de los Sabios de Sión", un documento ampliamente difundido
que habla de la supuesta conspiración judía para apoderarse del
mundo.
A pesar de que está comprobado que no es más que un fraude
literario, ha sido utilizado para alimentar el antisemitismo en la
URSS, la Alemania Nazi
y los países árabes. Y hasta hoy es un escrito que no ha perdido
vigencia entre los antisemitas.
Pero sin duda el antisionismo propiamente tal toma más fuerza
luego de 1948. Herzl creía que conla creación del Estado Judío
se acabaría el antisemitismo. Sólo tras el Holocausto el mundo
tomó una real
conciencia de lo necesario que era el establecimiento del Estado
de Israel.
Y a pesar de eso, Herzl se equivocó. El antisemitismo sigue
existiendo sólo que mutó a su forma moderna: el antisionismo.
Quienes se manifiestan como antisionistas se esfuerzan por
disociar el sionismo del judaísmo, pero ¿pueden realmente
disociarse?, ¿cómo se puede imaginar al pueblo de Israel y su
religión sin Israel? El vínculo entre judaísmo y sionismo es
estrecho. Incluso quienes piensan que Israel será de los judíos
sólo tras la llegada del Mesías están también soñando a Israel.
Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores de Chile,
es de aquellos que buscan disociar el sionismo del judaísmo
para no ser tildados de antisemitas, pero él mismo está
igualando los términos al agredir a un ministro sólo por su
carácter de judío y de paso involucrar dos 
realidades que nada tienen que ver entre sí, lo que trasciende
el debate de si el gobierno actuó adecuadamente en respuesta
a las protestas.
El cientista político y profesor de la Universidad de Tel Aviv,
Alberto Spektorowski, explica que bajo la lógica de la
igualación de sionismo a las políticas del Estado de Israel es
mucho más fácil demonizar a los judíos porque efectivamente
Israel comete errores. "El antisemitismo de hoy no tiene que
referirse a los judíos, se remite a Israel y listo".
Pero no estamos hablando de nada nuevo. El propio Martin
Luther King dijo que "el antisemitismo, el odio a los judíos,
permanece como una mancha en el espíritu de la humanidad.
El antisionismo es, en esencia, antisemitismo, el odio al pueblo
judío, y así siempre será".
El precedente de la ONU


Un hecho fundamental para esta "nueva concepción" del
sionismo ocurrió en 1975. A menos de 30 años de haber
elaborado el plan de partición y haber reconocido el derecho
de Israel a existir, y tras una fuerte campaña impulsada por
los dictadores de los países árabes, la ONU aprobó la resolución
3379 en que igualaba el sionismo al racismo.
Sin duda este hecho marcó un precedente esencial para esta
concepción semántica de la palabra "sionismo" en el mundo y
constituyó un gran aporte a la tergiversación del término, sobre
todo por el carácter de este organismo y la legitimidad de la que
goza. Esta resolución fue derogada recién en 1991 como una
condición que puso Israel para participar en la Conferencia de
Madrid, pero habían pasado muchos años… A pesar de su
revocación aún hoy se remiten constantemente a este documento
quienes quieren fundamentar sus ataques a Israel.
Y del mismo modo en que recurren a la resolución lo hacen
recurriendo a las posturas de judíos que han aceptado el
distorsionado concepto de sionismo y que desde ahí critican la
legitimidad de la existencia del Estado de Israel como los ortodoxos extremistas de Neturei Karta, el historiador israelí Ilan Pappé o
el autor y sobreviviente del holocausto Norman Finkelstein.
Entre otros personajes, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad,
también ha incitado la propaganda antisemita y antisionista
negando el Holocausto y el derecho de Israel a existir.
"La posición de Ahmadinejad es muy viva, él instaura conceptos.
El orden mundial después de la Segunda Guerra Mundial está
bajo EE.UU. y el Holocausto. El dice que hay que instalar un
nuevo orden mundial y lo hace con bastante inteligencia",
dice Spektorowski.
En el mundo existe un movimiento antiimperialista relacionado en los
últimos años con las guerras de Afganistán e Irak- que debido a la
estrecha alianza de Israel con EEUU ha arrastrado de algún modo la antipatía a la primera potencia mundial hacia Israel e incluso ha
metido a este pequeño país "y a su sionismo" en el saco del imperialismo,
lo que según el cientista político corresponde a un "triunfo
propagandístico impresionante que no entiendo cómo en Israel lo han abordado tan tarde". Por lo demás señala que si lo dicen en relación
a los asentamientos en los territorios palestinos "es ridículo porque se
trata de un terreno muy pequeño, que no da como para tildarlo de eso".
Por su parte los líderes de grupos terroristas reiteradamente hablan de atacar objetivos "sionistas", lo que también hace su aporte a la
difusión de este término distorsionado en los medios.


Fracaso en las negociaciones

Según Spektorowski no fue
sino a fines de los 90 y
comienzos del 2000, con
el fracaso de las
negociaciones de paz y
antes del comienzo de la
Segunda
Intifada, cuando se asentó definitivamente la trastocada concepción de sionismo.
"En las negociaciones Israel cometió errores políticos pero también se vendió mal porque en
la prensa apareció como una cosa de David y Goliat", asegura el
cientista político y agrega que "esto llevó a parte de la izquierda
mundial, sobre todo en el Foro Social Mundial, que se celebró en
Puerto Alegre en 2000, y en la Conferencia Mundial Contra el
Racismo, que organizó la ONU en Durban en 2001, a que
acusaran a Israel del fracaso". Ambos encuentros generaron
mucha polémica y fueron tildados de antisemitas por la forma
en que se abordó el conflicto árabe-israelí.
"Desde que fracasan los intentos de paz lo que no era discusión
pasa a serlo. Hasta entonces nadie se cuestionaba la existencia
de un Estado Judío y la tendencia era más a favor de él que en su
contra. Sólo entonces empiezan a decir que el carácter sionista
de Israel es lo que no permite la negociación", señala el académico,
quien agrega que por ese entonces 'esta idea deja de pertenecer
únicamente a la izquierda y se instaura tanto en las elites de
izquierda como en las liberales", lo que ha contribuye en gran
medida a instalar la distorsionada concepción de sionismo.

Política y hasbará

Difícilmente la manipulación de la palabra "sionismo" tendrá
una vuelta atrás. De cualquier modo y dejando de lado un
momento si se critica la política externa del país tildándola de
"sionista" o no, Spektorowski asegura que es fundamental que
Israel repare su dañada imagen internacional. Dice que las
políticas erradas y el mal manejo comunicacional que ha
tenido no hacen más que alimentar este concepto mal concebido.
En ese sentido sólo hay un camino: dar pasos más concretos
hacia la creación de un Estado Palestino.
"Así como hubo errores políticos en los 90, los hubo en los
últimos años también con los asentamientos", dice el académico.
"Luego de salir de Gaza Israel tiene un buen antecedente para
decir 'estoy dispuesto a desocupar, miren lo que hice', pero es
difícil de creer porque, según lo acordado con Bush, sigue
ocupando en Judea y Samaria. Sin embargo Obama está en
contra de esa política".
Según Steporowski la política de Netanyahu está más errada
aún y hace poco creíble que se materialice un Estado Palestino.
"Las políticas de Israel son inexplicables. Cómo se explica al
mundo que siga haciendo asentamientos y dando dinero para
ello", dice y agrega que con esto "los palestinos han logrado
instalar la idea que se va a acrecentar ahora en septiembre
(cuando la ONU vote el reconocimiento de su Estado) de que
Judea y Samaria es Palestina y no se les deja ser un Estado,
mientras les exigen cosas imposibles".
El académico agrega que "los árabes han hecho una
propaganda muy fina, una discusión muy fina de la que Israel
no supo hacerse cargo. Su discurso dice 'Israel es un país
robado' y nosotros nos hemos ocupado muy bien de no
contestarles y dejar que eso quede".
Los palestinos congelaron las negociaciones de paz hace
casi un año luego de que Israel reanudara la construcción
de asentamientos en Cisjordania y en mayo pasado, poco
después del pacto entre Al Fatah y Hamás, anunciaron sus
intenciones de presentarse ante la ONU para que apruebe
el reconocimiento de su Estado. La votación finalmente se
dará el 20 de septiembre con el rechazo de Netanyahu,
quien se muestra contrario a la proclamación unilateral del
Estado Palestino.

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