LUZBY BERNAL

jueves, 22 de septiembre de 2011

Parashá Nitzavim - PresentesDeuteronomio (29:9 a 30:20)

Torá desde Jerusalem


Parashá Nitzavim - Presentes

Libro Devarim / Deuteronomio (29:9 a 30:20)


Comentario sobre la Parashá

"Os encontráis hoy delante de Él..." (Deuteronomio 29:9)
"Atem Nizavim Hayom Kuljem… Os encontráis hoy todos delante de Él...". Así comienza Moshé la parashá de esta semana advirtiéndonos que el pacto con el Todopoderoso no es un privilegio para con cierta parte del pueblo, sino con todos nosotros, desde el Cohén Gadol hasta el más simple judío "col ish Israel". "Y no solamente con vosotros pacta el Todopoderoso sino con vuestros descendientes que vendrán tras vosotros por generaciones".
El compromiso con el pueblo de Israel llega mucho más allá de la lógica o de la elección. Pocos sabríamos explicar el "porqué" de nuestra "obligación" por lo que en muchos casos llegamos a desconocer.
Generación tras generación el pueblo de Israel se ha visto envuelto en situaciones que debían haberlo exterminado o por la fuerza o por elección propia, pero sin embargo en cada generación parecieran cumplirse las palabras de la Hagadá de Pésaj que nos dice: "Ve Hi Seamda…" "Y ella fue (la promesa) que sostuvo a nuestros ancestros y ahora a nosotros, pues no sólo un tirano se alzó contra nosotros para exterminarnos, sino que en cada generación y generación se levantan…
La existencia de un pueblo diseminado por las cuatro esquinas del mundo, integrados en las culturas donde vive y con un interés declarado de convivencia con sus vecinos son los exponentes más claros para su asimilación, sin embargo un instinto no entendible nos hace luchar por nuestra continuidad.
"Fíjate puse delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal... y elegirás la vida". El bien y el mal, la vida y la muerte se encuentran en nuestra elección, fuimos obligados a elegir el camino de la vida. ¡Qué elección tan difícil la que nos forzaron escoger!, cuando el bien y el mal se confunden, cuando la envidia, la codicia, la pasión y muchas otras condiciones que fríamente serían renegadas de inmediato por cualquier ser pensante. Pero de pronto ciertos conceptos razones de esos efectos se convierten en los pilares fundadores de nuestra sociedad, como la competencia en todos los niveles que son causantes de la envidia y motivo del odio, o ciertos derechos democráticos como la libertad de expresión misma cuando daña al próximo, etc.
Acaso ¿tiene algún valor aquél que la naturaleza le concedió una estatura no normal que le permite rapidez en sus pasos o quien recibió un I.Q. por encima de la media?. Ya dijo el Rey Shelomó en los proverbios: "No se vanaglorie el sabio con su sabiduría ni el valiente en su heroísmo…". Ya que todos ellos fueron regalados sin méritos quedando en el esfuerzo, en el deseo por mejorar y cambiar la verdadera gloria. "Fíjate puse delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal… y elegirás la vida".
Shabat Shalom.
Rab Shlomó Wahnón

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