Posted: 18 Sep 2011 10:46 PM PDT
LEÓN VALENCIA, EL SECUESTRADOR HUMANITARIO
Por Ricardo Puentes Melo
Septiembre 10 de 2011
Uno no termina de sorprenderse. No solo tenemos de presidente al precursor del despeje a favor de las FARC y buscador fervoroso de una negociación de paz con sus conocidos guerrilleros del ELN; sino que sufrimos un ministro -Vargas Lleras- acusado por un mafioso de haber recibido dinero de narcos para su campaña política, amén de gozar de una avioneta del hampa puesta a su disposición para lo que se le pudiera ofrecer.
Para colmo, los colombianos presenciamos inermes y estupefactos como los dos anteriores contrataron a un secuestrador, un terrorista del ELN, para realizar estudios y dictaminar sobre la moral y la decencia de los candidatos a las próximas elecciones.
Se trata de León Valencia, director de la Corporación Nuevo Arco Iris, una ONG de guerrilleros amnistiados y/o indultados (con algunos investigados por paramilitarismo) que se ha convertido en una de las mayores entidades contratistas asesoras del gobierno, con ingresos de miles de millones de pesos que, por supuesto, salen de nuestros bolsillos.
Es decir, esta ONG está usufructuando a los colombianos ya no como lo hacían sus miembros antes, bajo el nombre de ELN, una guerrilla marxista-leninista-maoista, sino bajo el nombre de “Corporación Nuevo Arco Iris”; nos sacan millones de nuestros bolsillos ya no como secuestradores, extorsionistas y asesinos, sino en jugosísimos contratos de asesorías, como ya lo mencionamos. Un negocio más rentable y menos riesgoso que los secuestros.
Es cosa de locos. Un ministro acusado de nexos con mafiosos y famoso por sus cacerías de patos en compañía de Mancuso, contrata a un secuestrador, a un asesino terrorista, para que haga juicios sobre la moral y la ética de los candidatos a las próximas elecciones.,
Es de suponer que todos ya saben que León Valencia, el director de la Corporación Arco Iris, y columnista habitual de El Tiempo y Semana, es un secuestrador y asesino que perteneció a la guerrilla del ELN. Y es de suponer que también todos sabemos que Valencia se precia de sus crímenes, como si estos fueran trofeos dignos de exposición para su ONG.
Es que León Valencia ha sido defensor de la tesis escalofriante de que las demás personas (excluyéndolo a él, claro) son susceptibles de ser asesinadas o secuestradas si el crimen se hace en aras de una ideología (la suya, claro).
Fiel a esto, siendo jefe de finanzas de la guerrilla del ELN, el comandante “Gonzalo” –que era su alias en el monte- ordenó muchísimos secuestros y asesinatos, macabra función que desempeñaba como miembro del Estado Mayor del Frente de Guerra Norte del ELN, según lo denunció en días pasados el Sr. Rafael Enrique Simanca Bello, alias “Gilberto”, compañero y subalterno de nuestro secuestrador humanitario.
Según “Gilberto”, León Valencia era el encargado de trazar los planes, “entre ellos secuestrar y hacer cumplir la cuota económica de cada frente”.
La vocación financista de León Valencia parte de ahí. A sus manos llegaba el dinero de todas las extorsiones y secuestros de los Frentes del ELN bajo su mando. Junto al cura Manuel Pérez, Nicolás Rodríguez Bautista, Antonio García, y Pablo Beltran, conformaron esta empresa criminal que transformó una de sus alas en la exitosa asesoría que conocemos.
Es la misma vocación financista, pero de dinero fácil y mal habido, que ha llevado al “analista político” León Valencia a exigirle a Álvaro Uribe una indemnización de 1.200 millones de pesos, luego de que el ex presidente le hubiera dicho algunas verdades a través de varios medios de comunicación.
Porque al “analista político” León Valencia, poco le interesa cómo obtiene el dinero. Le dio lo mismo si era de secuestros y extorsiones, o a través de fallos judiciales, valiéndose de sus amigos magistrados y con la debida publicidad de otros “analistas políticos” que inflan el ego del comandante “Gonzalo” en sus columnas de opinión y programas de radio y televisión.
León Valencia, nuestro secuestrados humanitario, nuestro analista político, asegura que sus crímenes pueden explicarse porque “en mi escala de valores, en donde lo más importante era la democracia, la justicia y la igualdad social, por debajo estaba la vida”. (Entrevista concedida a estudiantes de la Universidad del Rosario)
¡Curiosa escala de valores…! Y curiosa defensa de la justicia hace este hampón secuestrando, extorsionando y asesinando colombianos de bien. ¡Dios nos libre de caer en sus manos..!
Muchas más cosas aterradoras cuenta alias “Gilberto” acerca de su comandante “Gonzalo” en esa denuncia que realizó ante el Fiscal de la Unidad de Justicia y Paz, pero nos quedamos con un específico delito de secuestro en septiembre de 1992 sobre el inerme ciudadano colombiano, Calixto Benavides Vásquez, una de las últimas víctimas de León Valencia quien se desmovilizaría meses después de cobrar el rescate.
Nuestra pregunta es ¿existiendo esta denuncia específica, libre de retóricas incomprobables, sobre la participación de León Valencia en el secuestro del Sr. Calixto Benavides, por qué sigue libre este bandido..? ¿Por qué el gobierno de Juan Manuel Santos, por intermedio de Germán Vargas Lleras, premia este crimen de lesa humanidad dándole contratos de cifras fabulosas al secuestrador..?
¿Quién nos protegerá de la escala de valores de León Valencia, a quien nada le interesa la vida e integridad de los demás si esto es lo que necesita para conseguir sus ideales?
¿Quién nos protegerá de este gobierno y esta justicia que no cumple su deber constitucional de investigar, perseguir y castigar a los secuestradores..? ¿Nadie les ha dicho que el secuestro es un crimen de lesa humanidad y, por tanto, no indultable? ¿Por qué este gobierno viola de manera tan rampante los compromisos internacionales adquiridos al ratificar tratados como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y otros?
¿Por qué este gobierno, junto a la Fiscalía y las Cortes, siguen tan complacientes con secuestradores como León Valencia y René Guarín, a quienes honran con homenajes y contratos…?
Así que, queridos compatriotas, esa es la clase de individuo que hoy se desempeña como director de la Fundación Arco Iris, entidad que utiliza para señalar con dedo acusador a todos los miembros del equipo de gobierno de Álvaro Uribe, y que funge también como asesor multimillonariamente pagado del gobierno de Juan Manuel Santos.
Es de la misma escuela criminal de Gustavo Petro; ambos aseguran que sus terribles crímenes y violaciones de Derechos Humanos, cometidos antes de los 30 años de edad, son pequeñas “pilatunas” y acciones “idealistas” (léase secuestros, asesinatos, etc) obligadas en aras de la búsqueda de un fin supremo en el cual ni la vida ni la integridad de sus víctimas tuvo jamás la más mínima importancia.
Este par de rufianes –amén de otros- siguen con su inhumana escala de valores. Y mientras uno es contratista consentido del régimen, el otro es aspirante a la Alcaldía de Bogotá, habiendo delegado equipos para conversar con el PSUV y gestionar la entrada del socialismo bolivariano a Colombia y Bogotá.
¡Qué desvergonzados..!
Pero más desvergonzados son quienes con su silencio o anuencia están permitiendo esto.
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