LUZBY BERNAL

jueves, 15 de septiembre de 2011

¿QUE SUCEDE CUANDO UNA PERSONA MUERE?

¿QUÉ SUCEDE CUANDO UNA PERSONA MUERE?

apologista | septiembre 15, 2011 at 4:54 pm | Etiquetas: descanso, muerte, sueño | URL: http://wp.me/p6Hrw-bS8

¿QUE SUCEDE CUANDO UNA PERSONA MUERE?

A continuación, este articulo tratara el tema de que esperanza tienen las personas cuando mueren. La información esta basada enteramente en lo que dice la Biblia en cuanto a los muertos. Por supuesto, incluimos los comentarios y explicaciones que dio el mismo Jesús cuando estuvo en la tierra. Pasemos ya, a la lectura de este interesante articulo.

Una esperanza segura

“Desde el instante del nacimiento existe la constante posibilidad de que un ser humano pueda morir en cualquier momento; inevitablemente dicha posibilidad se convertirá, tarde o temprano, en un hecho consumado.”—Arnold Toynbee, historiador británico.

¿QUIÉN puede cuestionar la verdad histórica citada arriba? La humanidad siempre ha tenido que aceptar la terrible realidad de la muerte. ¡Y qué impotentes nos sentimos cuando se nos muere una persona amada! En esos momentos la pérdida parece totalmente irreversible. ¿Es posible reunirse con los seres queridos que han fallecido? ¿Qué esperanza ofrece la Biblia para los muertos? Examinemos el siguiente relato.

‘Nuestro amigo ha muerto’
Corría el año 32 E.C. En el pueblo de Betania, a tres kilómetros de Jerusalén, vivían Lázaro y sus hermanas, Marta y María. Los tres eran amigos íntimos de Jesús. Un día Lázaro enfermó de gravedad, y sus hermanas, muy preocupadas, le enviaron recado a Jesús, que se hallaba al otro lado del río Jordán. Dado que Jesús les tenía cariño a Lázaro y a sus hermanas, decidió partir hacia Betania. En el camino dijo a sus discípulos: “Nuestro amigo Lázaro está descansando, pero yo me voy allá para despertarlo del sueño”. Como los discípulos no captaron el sentido de sus palabras, fue explícito: “Lázaro ha muerto” (Juan 11:1-15).

Al enterarse de que Jesús llegaba a Betania, Marta salió corriendo a su encuentro. Conmovido por su pena, Jesús le aseguró: “Tu hermano se levantará”, a lo que Marta repuso: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día”. Entonces Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir” (Juan 11:20-25).

A continuación, Jesús fue a la tumba y mandó retirar la piedra que sellaba la entrada. Luego oró en voz alta y clamó: “¡Lázaro, sal!”. Con todas las miradas fijas en la tumba, Lázaro, efectivamente, salió. Jesús lo resucitó, devolviendo así la vida a un hombre que llevaba muerto cuatro días (Juan 11:38-44). Marta ya tenía fe en la promesa de la resurrección (Juan 5:28, 29; 11:23, 24). El milagro de que Lázaro volviera a vivir sirvió para fortalecer la fe de ella e infundir esta cualidad en otras personas (Juan 11:45). Ahora bien, ¿qué significa exactamente el término resurrección?

“Se levantará”
La palabra resurrección traduce el vocablo griego a•ná•sta•sis, que significa literalmente “acción de ponerse de pie (levantarse) de nuevo”. El término se ha vertido al hebreo con las palabras teji•yáth ham•me•thím, que quieren decir “reanimación de los muertos”. Así pues, la resurrección implica levantar de su estado inanimado a la persona que ha muerto, reactivar su personalidad.

Puesto que su sabiduría y su memoria son infinitas, Dios puede resucitar fácilmente a una persona. Para él no es difícil recordar la personalidad de la gente antes de morir: su modo de ser, sus vivencias y todos los demás detalles de su identidad (Job 12:13; compárese con Isaías 40:26). Además, Jehová es el Creador de la vida, por lo que puede revivir al mismo individuo, reproduciendo su personalidad en un cuerpo recién formado. También Jesucristo, como muestra la experiencia de Lázaro, tiene tanto el deseo de resucitar a los muertos como el poder para hacerlo (compárese con Lucas 7:11-17; 8:40-56).

No obstante, la enseñanza bíblica de la resurrección es incompatible con la doctrina de la inmortalidad del alma. Si el alma fuera inmortal y sobreviviera a la muerte, nadie tendría que resucitar o retornar a la vida. Marta no hizo alusión a ninguna alma inmortal que siguiera viviendo en otra parte después de la muerte. Ella no creía que Lázaro se hubiera marchado a una región espiritual para proseguir allí su existencia. Por el contrario, manifestó fe en el propósito de Dios de anular los efectos de la muerte. Dijo: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día” (Juan 11:23, 24). De igual modo, Lázaro no contó ninguna vivencia del más allá. No había nada que contar.

Está claro que, según la Biblia, el alma muere, y el remedio para la muerte es la resurrección. Pero desde los tiempos del primer hombre, Adán, han fallecido miles de millones de personas. ¿Quiénes resucitarán, y dónde?

“Todos los que están en las tumbas conmemorativas”
Jesucristo dijo: “Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz [la de Jesús] y saldrán” (Juan 5:28, 29). Con estas palabras Jesucristo prometió que todos los que están en la memoria de Jehová resucitarán. Miles de millones de personas han vivido y han muerto. ¿Quiénes, de todas ellas, están en la memoria divina, aguardando la resurrección?

Los que han llevado una vida recta por ser siervos de Jehová resucitarán. Pero ha habido millones de seres humanos que han muerto sin poder demostrar si obedecerían las normas justas de Dios, ya que desconocían sus requisitos o no les dio tiempo de efectuar los cambios necesarios. Estos también están en la memoria de Dios y serán resucitados, pues la Biblia promete: “Va a haber resurrección así de justos como de injustos” (Hechos 24:15).

El apóstol Juan tuvo una visión emocionante de personas resucitadas que estaban de pie delante del trono de Dios. Parte de su descripción escrita dice: “El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados individualmente según sus hechos. Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego.

Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego” (Revelación [Apocalipsis] 20:12-14). ¿Nos damos cuenta de lo que esto significa? Todos los muertos que están en la memoria de Dios serán liberados del Hades, o Seol, la sepultura común de la humanidad (Salmo 16:10; Hechos 2:31). A continuación, “la muerte y el Hades” serán arrojados al llamado “lago de fuego”, un símbolo de destrucción total. La sepultura común de la humanidad dejará de existir.

¿Dónde vivirán los resucitados?
Una pequeña cantidad de hombres y mujeres recibirán una resurrección celestial. Gobernarán con Cristo como reyes y sacerdotes, y contribuirán a la eliminación de los efectos de la muerte que la humanidad heredó del primer hombre, Adán (Romanos 5:12; Revelación 5:9, 10). Según la Biblia, son solamente 144.000, y se les escoge de entre los discípulos de Cristo, comenzando con los apóstoles fieles (Lucas 22:28-30; Juan 14:2, 3; Revelación 7:4; 14:1, 3). Jehová les dará a cada uno de estos resucitados un cuerpo espiritual para que puedan vivir en el cielo (1 Corintios 15:35, 38, 42-45; 1 Pedro 3:18).

Sin embargo, la gran mayoría de los que han perecido resucitarán para vivir en la Tierra (Salmo 37:29; Mateo 6:10). ¿En qué clase de Tierra? Hoy en día el planeta está plagado de conflictos, matanzas, contaminación y violencia. Si los muertos regresaran a una Tierra en tales condiciones, es obvio que su felicidad duraría poco. Pero el Creador ha prometido que pronto pondrá fin a la actual sociedad mundial que está bajo el dominio de Satanás (Proverbios 2:21, 22; Daniel 2:44). Entonces se hará realidad la “nueva tierra”, una nueva sociedad humana justa (2 Pedro 3:13). En aquel tiempo “ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’” (Isaías 33:24). Se eliminará incluso la angustia de la muerte, porque Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado” (Revelación 21:4).

En el prometido nuevo mundo de Dios, los mansos “hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz” (Salmo 37:11). El gobierno celestial de Cristo Jesús y sus 144.000 corregentes restituirá gradualmente a la humanidad al estado de perfección que nuestros primeros padres, Adán y Eva, perdieron. Entre los habitantes de la Tierra se encontrarán los resucitados (Lucas 23:42, 43).

La Biblia nos da atisbos del gozo que la resurrección reportará a las familias. Imaginémonos la felicidad de la viuda de Naín cuando Jesús detuvo el cortejo fúnebre de su único hijo y lo resucitó (Lucas 7:11-17). Posteriormente, Jesús devolvió la vida a una niña de 12 años cerca del mar de Galilea, y sus padres quedaron “fuera de sí con gran éxtasis” (Marcos 5:21-24, 35-42; véase también 1 Reyes 17:17-24; 2 Reyes 4:32-37).

 [Nota]
Aunque la palabra resurrección no aparece en las Escrituras Hebreas, la esperanza de la resurrección se expresa con claridad en Job 14:13; Daniel 12:13, y Oseas 13:14.

[Miguel Matas - 22/04/08]

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