El
diseño global militar del Pentágono es uno de conquistar el mundo. El
despliegue militar de Estados Unidos y fuerzas de la OTAN se está
produciendo en varias regiones del mundo al mismo tiempo. La
militarización a nivel global se instrumenta a través de la estructura
del Comando Unificado de los militares de EE.UU.: el planeta entero se
divide en geográficas Comandos Combatientes bajo el control del
Pentágono. De acuerdo con (ex) comandante de la OTAN, Wesley Clark, los
militares del Pentágono hoja de ruta se compone de una serie de teatros
de guerra: “[El] de cinco años un plan de campaña [incluye] … un total
de siete países, comenzando con Irak, luego Siria, Líbano, Libia, Irán,
Somalia y Sudán. “
Cómo revertir la marea de la guerra mundial
Se trata de una agenda diabólica militar, que en un sentido muy real amenaza el futuro de la humanidad.
Central para la comprensión de la
guerra, es la campaña mediática que le otorga legitimidad a los ojos de
la opinión pública. Una dicotomía bien contra el mal prevalece. Los
autores de la guerra se presentan como las víctimas. La opinión pública
se dejen engañar: “Debemos luchar contra el mal en todas sus formas como
un medio para preservar el modo de vida occidental.” Romper la “gran
mentira”, que defiende la guerra como una empresa humanitaria, significa
romper un proyecto criminal de destrucción global, en el que la
búsqueda del beneficio es la fuerza primordial. Esta agenda militar con
fines de lucro destruye los valores humanos y transforma a la gente en
zombis inconscientes.
La realización de manifestaciones y
protestas masivas contra la guerra no es suficiente. Lo que se requiere
es el desarrollo de una red contra la guerra amplia y bien organizada de
base, a través de la tierra, a nivel nacional e internacional, que
cuestiona las estructuras de poder y autoridad. La gente tiene que
movilizarse no sólo en contra de la agenda militar, la autoridad del
Estado y sus funcionarios también deben ser cuestionadas.
Esta guerra se puede prevenir si la
gente con fuerza frente a sus gobiernos, la presión de sus
representantes, organizar a nivel local en las ciudades, pueblos y
municipios, a difundir la palabra, informar a sus conciudadanos sobre
las consecuencias de una guerra mundial, iniciar un debate y discusión
dentro de las fuerzas armadas.
Michel Chossudovsky, Global Research, 20 de noviembre 2011
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