HASTA DONDE NOS ESTA DICIENDO LA VERDAD?
Daniel Ramón Vidal, Investigador en biotecnología de alimentos"Los transgénicos son los alimentos más seguros y además son ecológicos.
Antes de comercializar un transgénico, pasa un riguroso control que dura entre siete y diez años: son por tanto, los alimentos más seguros de la historia. Así lo señala Daniel Ramón Vidal, un investigador con varios premios nacionales y europeos por su trabajo en biotecnología de alimentos y actual Director científico de Biopolis, una empresa especializada en este campo con sede en Valencia. Según Ramón Vidal, no hay un solo dato científico que demuestre riesgos mayores que el resto de alimentos. Sobre el consumo de estos productos en España, este investigador asegura que es muy bajo y está perfectamente etiquetado.

¿Por qué defiende el uso de los transgénicos?
Porque pueden dar soluciones a problemas importantes de la humanidad.
¿Cómo cuáles?
En los próximos 30 años
seremos 9.000 millones de personas (ahora somos 7.000 millones) y se
perderá el 10% de la superficie de cultivo. Con la transgenia se puede
cultivar en lugares ahora impensables, mejorar propiedades nutricionales
de los alimentos, etc. En India han reducido un 70% el uso de
insecticidas tóxicos con el medio ambiente. Ahora bien, no eliminarán el
hambre en el mundo, porque para ello se necesitan medidas políticas y
sociales adecuadas.
¿Se podría decir que son ecológicos?
Sí, porque aumentan la productividad y reducen el impacto ambiental. El
maíz Bt no necesita insecticida químico porque produce una proteína
tóxica para la plaga. Algunos países con cultivos de soja transgénica
han reducido el uso de herbicidas hasta en un 90%.
¿Entonces no son nocivos para la salud y el medio ambiente como sostienen sus detractores?
No hay un solo dato
científico que avale esas afirmaciones. No se puede hablar de riesgo
cero, porque todo tiene algo de riesgo, incluida la llamada agricultura
ecológica.
¿En España se consumen transgénicos?
En 1998 una conocida organización ecologista bloqueó la venta de
transgénicos en las grandes superficies de distribución. Ahora se puede
encontrar algún producto perfectamente etiquetado según la legislación
vigente, pero de forma anecdótica.
¿Puede haber algún producto transgénico sin etiquetar?
El sistema de detección garantiza que el fraude es mínimo.
Se les culpa de estar vendidos a las multinacionales.
Esa afirmación cae por su
propio peso: la conspiración mundial no existe. Y no hay que olvidar
que las organizaciones que critican también tienen sus intereses
económicos.
¿No se han extremado en exceso las posturas sobre este tema?
Hace ya bastantes años ha dejado de ser un debate técnico para
convertirse en uno ideológico, político. Lo mismo que con las células
madre o el cambio climático.
La sociedad por tanto no conoce en realidad qué son los transgénicos.
No, y en eso la comunidad científica tiene parte de culpa, no hemos sabido explicarlo.
¿Qué les diría a los consumidores?
Que
se fíen de quién tiene la experiencia y el conocimiento científico en
seguridad alimentaria: la Organización Mundial de la Salud (OMS), la
Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria o la Agencia
Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Y les recordaría
las palabras de una de las grandes científicas de la historia, Marie
Curie: a lo desconocido no hay que tenerle miedo, hay que entenderlo.
¿Los consumidores no entienden qué son los transgénicos?
No, porque si lo supieran cambiaría la actitud negativa. Un alimento
transgénico está hecho como la insulina transgénica o los tejanos
"lavados a la piedra". Todo lo que comemos ha sufrido mejoras genéticas
mediadas al azar por la mano del hombre desde hace siglos. Ahora tenemos
la ingeniería genética, que permite de forma segura aislar genes
concretos, estudiarlos e introducirlos. Aplicada al diseño de un
alimento produce transgénicos.
A
multinacionales como Monsanto se les acusa de crear semillas que solo
germinan a su voluntad y de privar a pueblos indígenas de las semillas
autóctonas.
No hay ninguna semilla
transgénica comercializada con la "tecnología terminator" de la que
tanto se ha hablado. Sí obligan a firmar un contrato para que no se
produzca la semilla para uso propio. Y ninguna de las modificaciones
genéticas actuales en el mercado ha utilizado genes de cultivos
autóctonos. Esta polémica solo se da en Europa, porque la inmensa
mayoría de países apuestan por la transgenia.
¿No hay polémica en el resto del mundo?
Ni de lejos. En Estados Unidos consumen transgénicos desde hace quince
años y no han tenido ni un problema de seguridad alimentaria. China,
India o Latinoamérica son productores masivos de transgénicos. El
crecimiento del año pasado en Brasil fue espectacular: ya es el segundo
país del mundo con mayor superficie cultivada.
¿No es necesario el principio de precaución como reclaman los ecologistas?
Este se debe aplicar cuando hay una mínima evidencia de peligro, y éste
no es el caso. Desde que sale del laboratorio hasta que se vende en el
mercado un producto transgénico pasa entre siete y diez años de
evaluaciones de impactos sanitarios y ambientales.
RECIBIDO-MAL:MARIA E.
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