LUZBY BERNAL

sábado, 21 de mayo de 2011



Partimos de la premisa de que somos seres tríplices: O sea, que poseemos un cuerpo físico, un cuerpo mental y un cuerpo espiritual. Somos seres espirituales residiendo en un cuerpo físico, controlado por nuestra mente. La salud espiritual se basa en nuestra capacidad de amar. Solamente el amor nos explica por qué se nos ha dado la vida y el entorno en que nos movemos, todo obra de un Creador amoroso. Reconocer nuestra conexión con Dios es la base de nuestra salud espiritual.


PARA PRACTICAR EL AMOR INDEFINIDO:

 

Durante una semana trata de realmente sentir gozo y placer en compañía de otros.
Busca ejemplos de amor en tus alrededores, especialmente en aquellos en que no te habías tomado tiempo para notarlos.
En esta semana, haz un esfuerzo especial para expresar amabilidad hacia los demás, particularmente hacia aquellos con quienes haz tenido dificultades.
?Hay alguna situación en tu vida con la que está teniendo dificultades, o hay alguna tarea que te disgusta hacer, o que no te produce satisfacción? Quizá sea algún asunto pequeño como cuadrar tu chequera o archivar documentos en tu trabajo. Quizás es algo grande, como una relación interpersonal  o un empleo que no te gusta. Examina lo que sea que escojas y busca un aspecto - solo uno -  en que puedas decir que lo amas y observa lo que sucede en lo que escogiste. No importa cuán pequeño sea el aspecto: sólo debes estar seguro de que puedes decir con honestidad: “yo amo esta parte”.
 Trata durante el día de dar lo mejor de ti en cada interacción con los demás
No te quejes de nada en absoluto durante el día: ni por el clima, la comida, alguien que está fumando, algún conductor descuidado, tu esposa, tus hijos, etc.
Durante una semana trata de ver el bien en todo y en los demás.
Está alerta durante una semana de las ocasiones en que no te sientes armonizado con el ambiente. En esos momentos, toma unos minutos para apreciar tus alrededores, (la brisa fresca, una canción hermosa, otra persona, etc.) y da gracias por tu vida.
Piensa en una persona (viva o muerta) que pudieras considerarla como enemiga. Durante todos los días, por una semana, ora por ayuda para amar a esa persona.
Durante por lo menos un día, trata de no pensar ni hablar mal de ninguna persona, incluyéndote a ti mismo.
Durante una semana, por lo menos un día, piensa que eres lo máximo, lo más grande que existe y que te mereces lo mejor de ti mismo. Cuando hagas eso, habrás comenzado a amarte a ti mismo, y podrás extender ese amor a los demás.






"Antes de vestir tu cuerpo de blanco, ilumina tu alma".

La armonía, el amor y la luz están donde la vida te lleve. La iluminación de tus días y los colores con que los veas dependen de vos. No lo olvides, vos y sólo vos sos el hacedor de tus sueños y tu destino.
MEDITACIONES EN EL MAR ROJO 

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