El cierre de la emblemática confitería Richmond, uno de los bares notables de la Ciudad de Buenos Aires, ha tenido una gran repercusión a nivel social. Según se cuenta, la idea de instalar allí un local de ropa deportiva ha generado una profunda indignación entre las personas que aprecian los patrimonios culturales, quienes exigen que el gobierno de la Capital Federal brinde una solución inmediata para salvar al histórico café.
La desaparición de Richmond conmocionó por igual a personalidades relacionadas a la cultura y a seres anónimos que sabían la historia que atesoraba el lugar. Entre ellos está María Kodama, la viuda del escritor argentino Jorge Luis Borges.
Para la compañera del creador de obras como “Ficciones” y “El Aleph”, es importante que las autoridades argentinas tomen medidas al respecto ya que está en juego “parte de la historia literaria” de la nación.
En entrevista con la agencia AFP, reproduce “El Economista”, Kodama indicó que Borges solía revisar allí los textos que escribía.
Además, reveló que era en ese lugar “lindísimo” donde ambos se encontraban para trabajar o estudiar, razón por la cual la Richmond para ella “tiene recuerdos unidos al placer”.

Si bien lo manifestado por María Kodama es compartido y respaldado por muchas personas, aún el futuro del clásico café Richmond (un sitio que supo ser frecuentado por intelectuales como Julio Cortázar y Antoine de Saint-Exupéry) es incierto. Sin dudas, se está frente a una negociación difícil, pero por todo lo que representa esta confitería a nivel cultural, ojalá que las partes involucradas tengan la grandeza de privilegiar y hacer respetar la riqueza histórica por sobre los negocios y las cuestiones monetarias.
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