LUZBY BERNAL

jueves, 5 de mayo de 2011

PARASHA EMOR Levítico 21-24

 

Emor(Levítico 21-24)

Emor 5770

Nuestro tema central en la Parashá son los Cohanim y la santidad que ellos deben guardar en sus labores, al acercarse ante el Kodesh (presencia divina).
Nos dice la Parashá sobre el pasuk: Beshameru et Mishmarti Aní Hashem. (Ellos guardaran mi encargo, Yo soy Hashem).-Vaikra 22-9.
Cuando un rey de carne y hueso dicta un decreto, exige a sus súbditos que lo cumplan, sin embargo él, personalmente, no lo tiene que llevar a cabo. No es así con el Rey del mundo Hakadosh Baruj Hu. Cuando Hashem decreta una orden, él la lleva acabo primero. Por eso dice: Aní Hashem, Yo soy el que cuida las Mitzvot de la Torá primeramente. (Yerushalmi, Rosh Hashaná 7-2, Perek 1-Alaja 3).
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Nuestra sagrada Torá empieza con un ejemplo de bondad y termina con bondad. Al comienzo de la Torá Dios vistió a Adam y Java, y al final, Hashem enterró personalmente a Moshe Raveinu, para enseñarnos con el ejemplo, que el mundo se construye con bondad. (Ellos guardaran mi encargo, Yo soy Hashem).
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Turnus Rufus, en una ocasión le pregunto a Raví Akiva: ¿Acaso su Dios cuida la Torá? y Raví Akiva le respondió: Ciertamente que sí. Entonces, ¿por qué hace llover en Shabat, pregunto el romano, si tiene que llevar las nubes de un lugar a otro?
Ravi Akiva le dijo: Está escrito, "Toda la tierra está llena con su gloria", o sea todo es un solo reshut (dominio). Predicar con el ejemplo es la mejor manera de impartir una lección o conocimiento.
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En una ocasión vino un hombre muy ofuscado a ver a Rav Iser Zalman Meltzer y le decía que le urgía divorciar a su esposa, ya que tenía una enorme lista de motivos, todos válidos.
El Rav, llamó a su esposa y le habló con gran dulzura, le preguntó una y otra vez si necesitaba algo, si podía hacer algo por ella, y continuaba sobre esa línea, ignorando casi por completo las quejas del hombre.
Este hombre al ver el trato del Rav para con su esposa, pensó: ¿Quizás yo debería tratar a mí esposa así? y se despidió y olvidó el divorcio. (Ellos guardaran mi encargo, Yo soy Hashem).
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Cuando Rav Eliyahu Lopián Z.Tz.L., era Mashguiaj rujaní de la Ieshivá de Kfar Jasidim, tuvo que ir un día a Haifa al médico. Cuando regresó, era la hora de la plática de musar (ética). El gadol dijo así: Hoy no puedo darles la sijá. ¿Por qué le preguntaron sus alumnos?
Porque yo mismo no estudié musar el día de hoy. La sijá la sé, pero no puedo dar una plática sin dar el ejemplo. (Ellos guardaran mi encargo, Yo soy Hashem).
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Un exitoso hombre de negocios fue a ver a uno de los Guedolei Hador en U.S.A, creo que fue Rav Yaacob Kamietzki Z.Tz.L. y le preguntó si podía deducir de impuestos una serie de gastos que en realidad eran Casher para la deducción. El Rav le dijo que no y que fuera a pagar cuanto antes.
A la mañana siguiente, este hombre estaba en la oficina de impuestos y se sorprendió al ver al Rav en la fila.
"¿Acaso Rav, vino a ver si cumplo con mis obligaciones fiscales?". "No", le respondió. "Cuando me visitaste ayer, recordé que me habían mandado un cheque de esta misma oficina y considero que no me corresponde. Por esa razón lo vengo a devolver". (Ellos guardaran mi encargo, Yo soy Hashem).
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Cuenta el Yerushalmi (Baba Batra 2-11), que Raví Yonatán, el Dayán, tenía un enorme árbol cuyas ramas pasaban a la propiedad del vecino, un romano. Pero este no se quejaba y había buena relación.
En una ocasión se presentaron 2 hombres en juicio, uno pedía que se obligara a su vecino a cortar su árbol, ya que le tapaba el sol y su esposa no podía secar su ropa y sus hijos no podían jugar en el jardín. Rav Yonatán les pidió que regresaran al día siguiente para decirles el veredicto y cuando regresaron les dijo: "Sí, hay que cortar las ramas del árbol". "Pero, ¿Por qué no nos dijo ayer Rav?", preguntaron. Él respondió: "Tuve que cortar las propias ramas de mi árbol antes de emitir el veredicto, sin el ejemplo no se vale predicar". (Ellos guardaran mi encargo, Yo soy Hashem).
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Mi señor padre de bendita memoria Eljanan Refoel ben Tzvi Hirsh Z.L, era un hombre muy recto y era muy cuidadoso en nunca tomar algo que no le perteneciera.
Cada viernes por la mañana íbamos al Banco en Toluca, México y la cajera le tenía preparada la nomina de los 300 obreros de nuestro acabado Textil.
En una ocasión, mi Padre tomó el paquete de los billetes y como siempre partimos del banco a la fábrica, para pagarles a los trabajadores. La secretaria recibió el bolso con el dinero y se fue a pagar, como era su costumbre.
Regresó sorprendida y le dijo a mi Padre: Don Rafael. ¡Esta duplicado el pago, aquí esta todo el sobrante! Mi Padre tomó el dinero, la felicitó y la recompensó por su honradez. Inmediatamente después, me pidió que regresáramos al Banco. En el camino le pregunté: "Papá, es mucho dinero, el error de la cajera ¿puede ser Mutar? Se molestó y me dijo: Hijo, hay 2 cuestiones aquí: Una es Kidush Hashem y dos, tengo que enseñarte con el ejemplo lo que predico. No podemos tomar de nadie, nada que no nos corresponda.
Al entrar al banco y ver a la cajera desecha en lagrimas, entendí la grandeza del ejemplo paterno. (Ellos guardaran mi encargo, Yo soy Hashem).

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