LUZBY BERNAL

miércoles, 25 de agosto de 2010

LA PERSONA INTOLERANTE

La tolerancia es el grado de paciencia de una persona con las molestias que le causan los demás o el grado en que está dispuesta a soportarlas. La persona tolerante no se enfada con facilidad.

ALGUNA DE LAS CAUSAS

Algunas personas heredan una tendencia a encolerizarse con facilidad. Es posible seguir la transmisión hereditaria de la ira de padre a hijo, aún en los casos en que el hijo no ha sido criado por sus padres naturales.

Las enfermedades o los problemas de salud crónicos producen cierto grado de intolerancia. Los accesos repentinos de ira están relacionados a veces con lesiones cerebrales. Es más fácil que se enfade una persona que padece mala salud en general. La fatiga consecuencia de la falta de descanso o de sueño puede causar intolerancia. A las personas que viven arrastrando dolores suelen ser menos tolerantes. Muchas mujeres se encolerizan en los días previos al período menstrual si tienen el síndrome de tensión premenstrual. Los muchachos que atraviesan la pubertad suelen enfadarse fácilmente como consecuencia del mayor número de hormonas en su cuerpo.

Se nos despierta la ira cuando se nos entorpece el camino que nos conduce a una meta deseada y cuando identificamos a la persona o la cosa que nos ha entorpecido. Cuando advertimos que se nos ha dañado nuestra salud, nuestra autoestima, nuestra felicidad, nuestra realización personal, nos enfadamos contra la persona o cosa que consideramos responsable de la lesión que hemos sufrido. Surge la ira cuando consideramos que se ha cometido una injusticia. A la ves solemos echar la culpa a algo o alguien.

La intolerancia pudo desarrollarse en un medio en que la ira o la hostilidad se permitían, se recalcaban, se presentaba como modelo, se exigía y se recompensaba. Es posible que la tolerancia, la comprensión o la paciencia se desincentivara o se castigara.

La intolerancia puede proceder de daños, malos tratos o abandonos sufridos en el pasado. Una persona maltratada física o emocionalmente en su infancia tendrá habitualmente una ira intensa. Esa ira se dirige contra la persona que lo maltrató, pero también puede dirigirse contra otras personas con ciertas características semejantes a las de esa persona. Por ejemplo, las personas maltratadas por sus madres, pueden llegar a sentir ira por todas las mujeres en general. Los que han sido maltratados por sus padres pueden tener problemas con los hombres o con las figuras autoritarias.

www.inteligencia-emocional.org

Cusi Huasi

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