Los cronistas españoles hablan de que los Wakakué podían mirar el sol por varias horas todos los días. Así lo certifica el padre Martín de Murúa, quien escribió en 1590 su libro Historia de los Incas:
“Los incas tenían algunos doctores o adivinos filosóficos llamados Guacacue (Wakakué) que andaban desnudos en lugares aislados y lóbregos de la región e iban solos por los desiertos, sin descanso ni tranquilidad y se dedicaban a la adivinación o a la filosofía.
De sol a sol miraban el disco solar con gran tenacidad, sin importar cuan encendido estuviera, sin mover los ojos. Decían que en el disco encendido y espléndido veían y alcanzaban grandes secretos... Todo el día se la pasaban de pie sobre la ardiente arena sin sentir dolor; y también sufrían con paciencia el frío y la nieve (de los altos).Vivían una vida muy pura y simple... y no anhelaban nada más allá de lo que la razón y la naturaleza demandaran.
Su sostenimiento era muy fácil, no perseguían lo que la sagacidad, la codicia, el apetito buscan en todos los elementos, solamente lo que producía la tierra sin ser maltratada por el hierro (sembrar y cosechar)... Así que llevaban a su mesa de manjares (mesas con provisiones para los espíritus); y como consecuencia de esto, entre ellos no había dolencias o diversas enfermedades, sino que tenían una salud perfecta y morían a una edad avanzada”.
COMENTARIO DEL WAKAKUE (MAESTRO SUN GAZER)
“Todas las mañanas era común ver a nuestra gente, después de levantarse y antes de iniciar cualquier actividad ir a recibir a la Energía Dadora de Vida. Ese saludo, era al mismo tiempo de asimilación de la Fuente Suprema para que la energía circule fluidamente, oxigenada y ligera; para de esa manera estar fuertes y alegres en las labores cotidianas del nuevo día. Era el primer alimento del día, el recibir la guía y el poder de la Consciencia Luminiscente.
Teníamos una visión sagrada de la vida, y lo sagrado era la comprensión de que no existía nada más que lo Sagrado. No hacíamos diferencias de sagrado y profano, todo era sagrado, desde lo más grande a lo más pequeño, desde lo más espiritual hasta el más mínimo microbio. Comprendíamos verdaderamente que Dios era omnipresente y omnisciente, más no omnipotente, por lo que no podía ser ni existir nada fuera de si mismo, ni tener otra forma particular.
Comprender que el sol es nuestro padre y la tierra es nuestra madre, cambia totalmente la visión de la vida. Esto significa que somos hijos de la luz (sol) y de que el paraíso (tierra) está todo el tiempo con nosotros.
Lo contrario, implica creer que somos producto de la traición de Eva en complicidad con el diablo (serpiente-naturaleza), los cuales fueron expulsados del paraíso y castigados a trabajar para hacerse merecedores de él. Es decir, la vida así se transforma en un acto de penumbras y en un sacrificio por un futuro redentor. Con ello, estamos condenados de por vida, a no disfrutar de la alegría, del amor, de la sexualidad, de la abundancia, del bienestar que está a nuestro alrededor, por pensar que todo eso se va a cosechar en un cielo rosado.
Al desprenderse de ese dogma, la vida se traduce en fiesta, cada instante es sagrado. Y dios no es un ente juzgador sino un ser que se da a sus hijos en cada alimento, piedra, animal, río, montaña, para que ellos se auto realicen creativamente. No hay que hacer para un futuro sino vivir en el presente, no tenemos que pagar nada sino solo reciprocar todo lo que recibimos.
Así no tenemos miedo a la muerte o al infierno, por lo que podemos actuar sin ninguna carga y culpabilidad. Nuestras mujeres no son unas p... sino que son amor y paren hijos de amor. En otras palabras, somos fruto del amor y como somos amor generamos más amor, y todos son nuestros hermanos y hermanas amorosas, y en consecuencia somos parte de una gran familia cósmica de amor.
Si cada niño que nace fuera enseñado así, seguro que seríamos pueblos totalmente diferentes a lo que somos ahora. Cada guerra, cada suicidio, cada drogadicto, cada pesadilla nace del cuento más ridículo y macabro, difundido en el Medio Oriente por Moisés y Abraham, y que ha terminado con la vida de millones de personas en un período de unos tres mil años."
Publicado por jorge carmona el junio 29, 2009 a las 3:24pm en CUSI HUASI
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