La Mujer Judía – Tzniut
La Mujer Judía refleja una pureza enorme en su manera de ser y actuar. Es una mujer integra con un nivel espiritual grande. Se cuida mucho tanto en su aspecto físico y en su aspecto interno. Es segura de sí misma; es buena madre, buena esposa y buena amiga. Es considerada una princesa, ya que todo el honor de una princesa reside en quedarse en sus hogar y dirigirlo (Salmos 45,14) y es lo que hace.Se viste recatadamente, es decir usa vestidos decentes sin descotes, que cubran los brazos y las rodillas y que no esté muy ajustado.
Si está casada cubre su cabeza; es importante señalar que esta manera de vestir nunca fue pensado para que la mujer casada parezca fea o poco atractiva sino al contrario, la belleza es un regalo Divino, y la tradición judía anima a hombres y mujeres a cuidar su apariencia y parecer siempre presentables, también anima a la modestia; no para disminuir nuestra belleza, sino guardarla a dónde pertenece: Dentro del matrimonio, es decir que constituya parte de nuestra intimidad matrimonial.
Posiblemente en otras religiones la belleza y modestia no se mezclen. Ésta no es la visión judía. La verdadera belleza, la belleza interna, necesita de la modestia para protegerla y permitirle crecer. La Belleza se encuentra en la sencillez y la pureza que una mujer exprese con sus ojos, sus manos, sus palabras y sobre todo su espiritualidad o manera de pensar.
Es por ello que la mujer judía es muestra de ello porque reúne todas las condiciones que se señalan.
De igual manera en la tradición judía, la mujer, a diferencia del hombre, no se ve obligada a cumplir con los preceptos religiosos que se establecen para determinadas horas o días. El objetivo de esto es liberar a la mujer de observar mandamientos que interfieran con sus labores en el hogar y con la familia y especialmente en la atención a los hijos. El Judaísmo cuida mucho esto, primero está la familia.
Actualmente, el papel de la mujer en el mundo ha evolucionado y ésta ha llegado a participar activamente en distintas vertientes del que hacer humano. La mujer judía no se ha quedado a la zaga: las feministas continúan impulsando el cambio en una lucha constante porque las mujeres compartan con los hombres los mismos derechos y obligaciones con el fin de construir una mejor sociedad.
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