LUZBY BERNAL

lunes, 1 de agosto de 2011

Charlie Sheen pagará la adicción de su ex mujer

Charlie Sheen y Brooke Mueller en 2008. | Efe
Charlie Sheen y Brooke Mueller en 2008. | Efe
Charlie Sheen y Brooke Mueller vuelven a entenderse. Y una vez más, la droga es el motivo. El actor ha decidido sacar a su ex mujer del centro de rehabilitación que ella había escogido para liberarse de su adicción al crack y al alcohol.
Sheen mostró su rechazo a que la actriz de 33 años se trasladara a México para internarse en una clínica de rehabilitación de dudosa reputación, donde al parecer usan un fármaco prohibido en Estados Unidos. Pese a la orden de alejamiento que interpuso Mueller hace unos meses de su ex marido, éste se desplazó hasta México para convencer a Mueller que se tratara de su adicción en Los Ángeles.
Los médicos que al parecer se están ocupando de Mueller en California son los mismos que trataron a Sheen tras su última y más sonada juerga en su mansión de Beverly Hills. Aquella fiesta duró dos días seguidos y dio la vuelta al mundo por la cantidad de cocaína que entró y salió de la casa, y por las actrices del mundo del porno que acompañaban al actor.
Esa gran bacanal fue el detonante que le costó el puesto como estrella indiscutible de la serie de televisión de CBS, la misma que le costeaba su peculiar estilo de vida a razón de más de un millón de dólares por capítulo. Quizá por eso, Sheen se ha metido de por medio en la inestable vida de su ex mujer, con la que se casó en 2008.
Lo más romántico y curioso del asunto es que Sheen se hará cargo de la cuenta. Todo ello después de protagonizar una desagradable Navidad de 2009 en su lujosa residencia de Aspen, en Colorado, justo unos meses después de haber tenido a sus hijos gemelos, Bob y Max. Una vez más, Sheen perdió los nervios y golpeó a su ex mujer en la cara, lo que desembocó en su arresto y su ingreso en una prisión local, que abandonó horas después tras el pago de una fianza de 8.500 dólares.
La presión ejercida por los abogados y por la cadena CBS para evitar una nueva interrupción del rodaje de 'Dos hombres y medio' le libró de pasar más tiempo entre rejas, aunque se vio obligado a someterse a un programa de rehabilitación por su adicción a las drogas y al alcohol durante 30 días, además de pasar un curso para manejar mejor sus arranques temperamentales.
el mundo.es

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