LUZBY BERNAL

jueves, 25 de agosto de 2011

PARASHA REE 5770

 

Ree(Deuteronomio 11:26-16:17)

Reé 5770

Nos enseña la parashá sobre el pasuk: "y Él te concederá misericordia y te compadecerá" (Devarim 13:18), la importancia de pensar en los demás y compadecerse de ellos. Todo Iehudí es piadoso (se compadece) ya que todo aquel que tiene compasión, es descendiente de Abraham Avinu y el que no tiene, no lo es (Beitza 32b).
Todo Iehudí es pudoroso (se avergüenza), y también nos gusta hacer favores. Sobre esto nos dice el Baal Haturim, de bendita memoria, que después de este pasuk la Torá inmediatamente escribe: “son ustedes hijos para Hashem su creador", para decirnos que todo aquel que se compadece de las criaturas del Creador, entonces, Dios tiene compasión con él como un padre con su hijo. (Shabat 150a).
* * *
El Midrash Rabá (Kohelet 11) nos platica que en cierta ocasión, un barco romano naufragó. Todos perecieron y sólo un hombre logró llegar a nado hasta la costa. Se arrastró en la playa, ya sin ropas, exhausto, sediento, hambriento, se acercó a un grupo de judíos pidiendo clemencia y les dijo: "Soy descendiente de su hermano Esav, denme ropa y ayúdenme", y encontró una rotunda negativa.
Dentro del grupo marchaba uno de los Gedolei Hador, "Rabí Eleazar ben Shamua".El romano percibió la luz que emanaba de su grandeza y clamó a él por auxilio.
Rabí Eleazar inmediatamente le dio una ropa para vestir y lo llevó a su casa dándole de comer y de beber. Finalmente lo despidió con una cantidad de dinero para el camino. ("y Él te concederá misericordia y te compadecerá").
No pasó mucho tiempo y el romano subió al poder. Cuando estaba ya dentro del gobierno, decidió vengarse de los judíos por aquel desprecio, decretando matar a todos los varones judíos que habitaban la tierra de Israel.
Inmediatamente Rabí Eleazar ben Shamua partió a Roma. Al llegar, le pidió a los guardias que le informaran al gobernante que el judío que le había salvado la vida estaba en su puerta. Al entrar, el romano lo vio y se postró ante él y después le preguntó: "¿Por qué viniste, en que te puedo ayudar?". Y el Gadol le contestó: "Vine a pedir clemencia por mis hermanos judíos".
El romano bien letrado le dijo: "¿Que acaso no dice en tu Torá que 'no vendrá un Amoní o Moaví a la congregación de Dios', ¿por qué no me dieron de tomar agua y de comer pan, si yo soy Edomita? Y no sólo eso, ¿Que acaso no dice en tu Torá, no debes abandonar a un Edomita porque es tu hermano? Y ya ves, como me trataron los judíos cuando los necesité".
Le respondió Rabí Eleazar ben Shamua: "Aún así perdónalos. Aquí traigo 4,000 monedas de oro, tómalas y olvida el asunto". A lo cual el romano le respondió: "Te las obsequio, por las monedas que tú me diste cuando yo lo necesite. Toma también 70 túnicas por aquella con la que tú me vestiste. Y no te preocupes por el decreto. Créeme, lo hago por ti, y solamente por ti".
* * *
Cuentan del Jazón Ish (1878-1953), que acostumbraba rezar vatikín diariamente. En una ocasión, una persona que tenia jiub, llegó a la casa del Gadol y sin permiso de nadie, tomó el amud y empezó a rezar. Era una deshonra, cambiando toda su metodología de la tefilá y el horario. Sus alumnos brincaron como leones para parar a este osado, que en la propia casa del Gadol HaDor se atrevía a tal cosa. El Jazón Ish les dijo: "No le digan nada, hay que tener compasión de él", y así transcurrió todo un año ("y Él te concederá misericordia y te compadecerá"), y nunca se le dijo nada.
* * *
Recuerdo con mucho cariño a mi suegro, Jaim Dov Ber ben Meir Tzadok (Bernardo Sandler, 1929-1998), que era puro corazón. En una ocasión, un familiar enfermó y cayó en cama, con un tratamiento muy costoso, largo y muy pesado. Acudió a visitarlo y le pregunto: "¿Cómo haces para pagar tales medicamentos y de qué compañía son?". La respuesta del enfermo fueron las lagrimas de sus ojos. Don Bernardo no dijo nada, se despidió y contactó a la compañía médica. Él pagó todo el tratamiento de su bolsillo y en forma anónima, sin que nadie se enterara. ("y Él te concederá misericordia y te compadecerá"). Gracias a Hashem el enfermo se mejoró.
* * *
Mi Madre, le pido a Dios que la cuide y le de larga vida, nos enseñó desde muy chicos esta midá de tener compasión, así como debe hacerlo toda madre judía. Y no sólo misericordia con la gente, sino hasta con el insecto mas pequeño. Siempre, con su noble ejemplo. ("y Él te concederá misericordia y te compadecerá").

No hay comentarios: