Un buen día, Dios nació en mí
Y cuando abrió los ojos
miró con sorpresa el mundo en derredor
Aprendió a comer del pecho de mi madre
Y a quererla y saberse a salvo entre sus brazos
Un buen día, Dios quiso caminar en mí
Tambaleándose, se puso de pie
Dio dos cortos pasitos y cayó
Sintió tanto gozo de su logro,
Que se olvidó de llorar, se dejó acariciar
Y se propuso dar tres pasos más
Un buen día, mi madre
llevó a Dios a pasear en mí
y cuando vio las flores en el campo
las mariposas y el estero,
Dios les sonrió, reconociendo en todo aquello
La obra de sus manos, su creación.
Fue tanta su alegría al ver el cielo
Las aves, aquel sol y aquella nube
Que se embriagó de gozo y se quedó dormido.
Un buen día, mi madre
llevó a Dios a la iglesia en mí
para ser instruído en religión
y entonces Dios aprendió
que estaba lejos de sí mismo
‘allá arriba en el cielo’, no en mí...
y que para poder estar en mí,
Dios tenía que aprender a rezar
Y a pedir perdón por sus pecados
Un buen día, Dios se sintió confundido en mí
Y comenzó a buscarse dentro y fuera
Pero por más que se buscaba
No lograba encontrarse... sintió pena
Le invadió la amargura, y entonces
Dios lloró en mí por vez primera
Porque por más que intentaba,
Sus buenos actos no alcanzaban
Para encontrar aquel Dios de aquella iglesia
Un buen día,
cansado de buscarse y no encontrar,
Dios se quedó dormido en mí
Y yo, no sabiendo más qué hacer...
Dejé escapar la vida y comenzé a existir
Me encerré en la rutina y el trabajo
Qué comer, qué vestir, en qué ocupar mi tiempo
Cuánto tienes... cuánto vales...
Hasta que, harto de estar lleno de un vacío
Grité con fuerza, en medio del dolor y del estío
¿Dónde estás? ¿En dónde estás, Dios mio?
“Mueve tus manos”-dijo. “Ahí estoy yo”
“siente el calor de tu piel”
“Observa el ritmo en que respiras...
pon tu mano al pecho
siente latir tu corazón... mi corazón.”
“Tu cuerpo tiene vida
¿Dónde está aquel cruel dolor,
aquella vieja herida?”
“¿Quién se ha ocupado de sanarte?
He sido yo, que vivo en ti.
Jamás estuve lejos.”
“Estoy dentro de ti, yo soy tú,
y tú eres mi expresión divina.”
Un buen día, entendí...
soy Dios hablando otro lenguaje
Y tú también lo eres...
Está dentro de mí, dentro de ti
Dentro de todo dónde hay vida.
Las hojas y las plantas,
El mar, el viento, el cielo y mil estrellas,
la luna, el sol
En todo el firmamento, en tantas cosas bellas
Ahí estás tú, ahí estoy yo, ahí esta Dios,
la Fuente, El Universo, el Amor,
el nombre que le pongas
se encuentra dentro y fuera... somos todos UNO
Y yo que tan confuso estuve, porque no lo entendía
Eufórico me encuentro... así... desde un buen día.
© 2009 J. C. Gutiérrez, registro SafeCreative
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