LUZBY BERNAL

sábado, 18 de diciembre de 2010

LA METÁFORA DEL PESCADOR

apologista | diciembre 18, 2010 at 6:02 pm | Etiquetas: a pescador, Cristo, Evangelio, mensaje, metáfor, muerte, REINO, resurrección, sepultura | URL: http://wp.me/p6Hrw-7ZG

Por Ingº Mario A Olcese (Apologista)
El Señor Jesucristo vino a predicar lo que yo llamo el "Qué” del mensaje o de la propuesta de salvación de Dios" y Pablo vino a predicar ese mismo "Qué", pero además, el "cómo" ser beneficiario de esa propuesta de salvación. Es decir, Jesús vino a ofrecernos algo que significaría la salvación del hombre, y ese algo era su mensaje del reino de Dios, un gobierno divino que se establecerá en la tierra cuando Cristo regrese en persona para restaurar todas las cosas (Hechos 3:19-21). Ese reino era el reino de David que quedó suspendido en el 586 AC con el derrocamiento de Sedequías, el rey Judío impío e idólatra, por Nabucodonosor, el rey de Babilonia. Desde esa fecha el pueblo original de Dios se quedó sin reino y sin rey, pero Dios había prometido a través de su profeta Ezequiel que ese reino davídico suspendido sería restaurado nuevamente en la tierra a través de un descendiente del rey David, el Señor Jesucristo (Eze. 21:25-27). Ese reino vino a ser proclamado por Cristo como las Buenas nuevas o el evangelio del reino (Marcos 1,1,14,15; Mateo 24:14). Es decir, el premio que debe ser ofrecido al potencial creyente es el reino de Dios, el cual es el evangelio salvador para todo aquel que lo cree (Rom. 1:16, Mar. 1:14,15,16; 16:15,16).
Más adelante Pablo aparecerá predicando ese mismo evangelio cuando fue llamado por Jesús en una visión en el camino a Damasco (Hechos 19:8; 20:25; 28:23,30,31), pero él le agregará un punto más, la necesidad de creer por fe en la muerte, sepultura, y resurrección de Cristo al tercer día (1 Cor. 15:1-9). 
Cada Creyente es un pescador  
En buena cuenta, lo que trato de decir es que somos como pescadores. Nuestra "carnada sabrosa" para que los peces (potenciales creyentes) puedan picar y ser sacados del océano del mundo se llama "el reino de Dios", y la forma para sacar esos peces que han mordido (creído) esa carnada (el evangelio del reino de Dios) es a través de una caña de pescar y su nylon, que representan la muerte vicaria de Jesús por nosotros, y su resurrección victoriosa al tercer día de entre los muertos. Si creemos en ese magnífico reino de Dios prometido por Cristo y en su muerte, sepultura y resurrección al tercer día para darnos vida, entonces heredaremos la salvación en el reino de Dios. ¡¡¡Pero lo que hacen los evangelistas de hoy es predicarnos sobre la caña y el nylon de pescar, pero no nos mencionan para nada el anzuelo y la carnada deliciosa que debe usarse, y que es precisamente el reino de Dios!!!
En las Escrituras vemos que se requiere un “nuevo nacimiento” para ver y entrar en el reino. Ese renacimiento es por agua (la palabra de Dios y el consiguiente bautismo), y por Espíritu, que nos sella para convertirnos en herederos de Dios y coherederos con Cristo de ese reino estupendo. Y es que si el Espíritu que resucitó a Cristo de entre los muertos también mora en cada uno de nosotros, entonces igualmente podremos resucitar inmortales para heredar el reino incorruptible (Ver Romanos 8:11).
Es, pues, un error decir que el evangelio es simplemente la muerte, sepultura, y resurrección de Cristo al tercer día, pues Pablo dice que éste es simplemente el principio de su evangelio, más no el todo (1 Cor.15:3). El TODO es el evangelio del reino (el anzuelo con la carnada) y la muerte, sepultura y resurrección de Cristo al tercer día (la caña y el nylon que jala al pez atrapado en el anzuelo). Si empleamos el anzuelo, la carnada, la caña y en el nylon apropiados, entonces podremos sacar con éxito lmuchos peces del mar.
En resumen, creyendo en Cristo y en su sacrificio por nuestros pecados y en su victoriosa resurrección, entonces nosotros podremos igualmente resucitar de la tumba para ingresar a ese reino como personas inmortales, ya que "carne y sangre" (los mortales) no lo pueden heredar (1 Cor. 15:50).

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