LUZBY BERNAL

jueves, 23 de diciembre de 2010

CONTACTO MARCIANO



E
stoy transcribiendo este contacto, en el preciso instante que la televisión esta mostrando las imágenes de la sonda marciana enviada por la Nasa a nuestro planeta vecino. ¿Existe vida en el subsuelo de Marte? Desde luego es muy improbable que en su superficie se de la vida convencional que tenemos en la Tierra.
¿Miente Genovese?..... ¡leed y juzgad por vosotros mismos!
Este "man‑contact" vive refugiado en su casa de Tijuana, Baja California, donde estudia, lee, prepara conferencias y clases, aunque últimamente ha preferido guardar silencio. Pero a veces Genovese es más cordial de lo que resulta normalmente y fue en una de esas ocasiones cuando aprovechamos para entablar un diálogo con el hombre que afirma y lo sostiene con teorías científicas apoyadas sólidamente haber viajado al planeta Marte en compañía de 8 científicos de varias nacionalidades, todos ellos discípulos de uno de los más grandes sabios que ha tenido la Humanidad: Guillermo Marconi, el creador de la telegrafía sin hilos. Nuestro entrevistado nos dice que él ha sido el único autorizado para hablar públicamente sobre el asunto.
Para iniciar su relato necesita referirse a su gran amigo Marconi y empieza a describir las primeras experiencias del científico italiano en relación con el Planeta Marte:
"Marconi dijo cierta vez que si pudiésemos emitir ondas de radio a cualquier otro planeta, éstas llegarían primero a Marte por la cercanía que tiene con la Tierra. Y en efecto así lo realizó y obtuvo respuesta favorable. Varios ensayos exitosos le habían dado a Marconi la seguridad de poder entablar comunicaciones con seres de otros planetas.
Entre ellos se cuentan los que efectuó desde la ciudad de Sidney, Australia, a la que iluminó desde su yate‑estudio de Génova. La ciencia se estremeció al contemplar que Marconi había logrado trasmitir la corriente alterna sin el uso de alambres y enviarla como ondas de radio. Obviamente empezaron a boicotear sus descubrimientos, sobre todo las empresas fabricantes de alambres, ya que podían resultar perjudicadas. Marconi decidió entonces enviar ciertas ondas especiales a Marte; en todo el Mundo se supo de la señal emitida y los radioaficionados estuvieron pendientes escuchando la frecuencia en la cual se había enviado el mensaje. Poco después se recibió la respuesta en Nueva York a través de un grupo de radioaficionados que de inmediato avisó al científico. El experimento fue suficiente para convencer a Marconi y sus seguidores de la existencia de vida en Marte.
El comentaba que llegaría el momento en que se pudiera pasar el fin de semana en otro planeta.
Había efectuado grandes avances en los estudios de la energía solar. No dudaba de la posibilidad de desplazar naves en el espacio utilizando los beneficios de tal energía. Se basaba para ello en los siguientes principios. Las naves recogen la energía del Sol y del Cosmos y llegan a cargarse de tal manera que surgen los relámpagos. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo con las nubes, las cuales recolectan energía solar y del Espacio para convertirla de positiva a negativa y alcanzar así la velocidad de la luz? Este principio detallado en una forma simple, fue adoptado por los seguidores de Marconi y a partir de él construían las naves que años más tarde permitirían visitar el planeta Marte. Pero Marconi no pudo terminar sus proyectos, estaba la presión que ejercía el gobierno de Mussolini, que ya tenía conocimiento del alcance de sus exploraciones, entre ellas el "Rayo de la Muerte". ¿En qué consistía el "Rayo de la Muerte"? Simple y sencillamente en el rayo de energía. Marconi consideraba a la naturaleza como vibración que tiene el cuerpo humano en cada sistema orgánico, óseo, muscular, encefálico. Así al encontrar la frecuencia en que vibra la masa encefálica, se puede llegar a paralizarla.
Y esto lo logró Marconi a través de un experimento en los jardines del Vaticano, ante el papa Pío XI. Produjo una frecuencia específica para la masa encefálica de 25 burros, y al aplicar la descarga los mató instantáneamente sin siquiera tocarlos. El científico explicó al Papa que en manos homicidas la energía podía hacer lo mismo con los seres humanos, ya que sus cerebros son más susceptibles de ser afectados que los animales. Ante el acoso del gobierno de su país, Marconi decidió confiar los documentos a su amigo el Padre Jean Francesqui, jefe del gabinete de Física del Vaticano.
De esa manera se cumplió la sugerencia del Papa de que no se entregasen sus descubrimientos a ningún gobierno. Sobre ese descubrimiento el Duce había declarado en Etiopía: "No tengáis miedo, Italia dispone de un arma que nadie en el mundo sueña".
Poco después, Mussolini, que mantenía fresco en su mente el recuerdo de cuando Marconi paralizó desde lejos su automóvil, lo mandó llamar. La negativa de colaborar con el Duce fue su sentencia de muerte. Se retiró a su casa después de la entrevista, se sintió mal no se sabe por qué causa, llamó al Padre Francesqui y dos horas después, murió.
Genovese habla del científico italiano como si hubiese trabajado con él toda la vida. Revela informaciones que difícilmente conocen los mismos biógrafos de Marconi. Genovese continúa:
E1 más fiel amigo de Guillermo, Ettore Martinelli, reunió a un grupo de científicos y se presentaron ante Jean Francesqui para averiguar sobre el paradero de sus documentos. La respuesta del sacerdote fue afirmativa en cuanto a la posesión de los mismos. Pero su entrega dependía de la aprobación del Papa.
Después de algunos meses, cerca de 100 científicos de todo el mundo recibieron de las manos de Pío XI el testamento de Marconi, bajo el juramento de no entregar esos descubrimientos a ninguna nación. Enseguida se organizó un grupo de seis científicos que dieron la vuelta al mundo para obtener mayores financiamientos y así poder desarrollar el proyecto acordado con el Papa de construir un centro privado de investigaciones de naturaleza nacional y sin fines bélicos.
Genovese afirma que hombres muy poderosos ayudaron a ese proyecto, entre ellos Víctor Manuel, Alfonso XIII, y no faltaron algunos potentados mexicanos. El Centro de Investigaciones se estableció en un lugar ubicado entre Argentina y Uruguay, y Matto Grosso, Brasil. Albino Genovese, hermano de Narciso, tuvo el privilegio de ser uno de los científicos que formaron el grupo. Antiguo colaborador de Marconi, poseía bastante experiencia en esos campos científicos. El sabio efectuaba experimentos de captura de energía solar, hicieron varios pero todos los Intentos se perdieron, los llevaba en aviones y al llegar a cierta cantidad de energía, estallaban como un rayo.
Albino Genovese, que recibió el título de "Caballero de la República" por sus méritos científicos, desapareció sin dejar rastro, al igual que cerca de 80 científicos de todo el Mundo en 1952.
"Mi hermano y yo éramos inseparables ‑afirma Narciso‑, pero de súbito ya no se supo nada de él. Pasaron 4 años y al fin recibimos carta suya, en la que nos decía que estaba bien, y explicaba todo acerca del laboratorio y sus actividades; me dijo que los habitantes del Planeta Marte visitaban la Tierra desde hacía mucho tiempo; Martinelli, el científico que dirige el grupo, vio las naves rondar por el campamento y decidió hacerles señales de diversas maneras. Yo ‑continua Genovese‑ estuve allí tres veces, ninguna persona extraña tiene acceso al lugar, allí conocí a Tage, el marciano, eran cuatro los que bajaron en el primer viaje, algunos de ellos viven en las ciudades y pasan desapercibidos, a no ser por su extraña forma de mirar y su rigidez. El 9 de octubre de 1956 descendieron seis poderosas naves marcianas hasta nuestro campamento; el jefe Tage ordenó a sus compañeros que cooperasen para los preparativos de nuestro viaje. La nave era de propulsión a energía solar únicamente.
"Al amanecer del 12 de octubre de 1956 partimos, pues ese periodo resultaba propicio dado el acercamiento de Marte a la Tierra.
En el viaje íbamos dos italianos, dos alemanes, un francés, un inglés, un noruego y un belga, todos hombres de ciencia; se nos ordenó relajarnos física y mentalmente, volábamos a 30 mil Km por minuto, pero la velocidad aumentaría al recibir la nave los rayos solares. Llegamos a Marte a las siete de la mañana, y nuestro asombro fue algo inexplicable, algo verdaderamente extraordinario, en el sentido más profundo de la palabra. De primera impresión algunas características de Marte son similares a las de la Tierra pero después penetrando en ese planeta fantástico pudimos encontrar notables y marcadas diferencias".
Genovese se emociona en ese punto, guarda profundo silencio para enfrascarse en sus pensamientos, su mirada se torna húmeda, ya no tienen sentido más palabras. Hace más de diez años que Genovese afirmó que había viajado a Marte y no hablaba de contacto telepático sino de un viaje enteramente físico dado lo cual fue muy combatido. Recuerdos de experiencias que nadie excepto él sabe dónde conducen.
El único testimonio que existe al respecto es el libro que escribió Genovese titulado "Yo he estado en Marte".
Sólo el tiempo dará o no la verdad a Narciso Genovese, un "man‑contact" que ya forma parte de la historia platillista, sean o no verídicas sus afirmaciones.


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Puedes leer las viejas revistas de Nuevatlantida en:

ENVIADO : PAULA NIETO

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